El Gobierno afirma que la pobreza habría subido al 13% si no fuera por las ayudas económicas para contener los efectos del covid-19.

Esto, tras conocer los resultados de la última encuesta Casen, que arrojó un incremento desde el 8,6% al 10,8% en los índices de pobreza, retrocediendo a los niveles registrados en 2015.

La Casen se había postergado en 2019 y luego por el covid-19, por eso se debió modificar la forma de hacer el sondeo.

De esta forma, la encuesta de caracterización socioeconómica recogió los datos entre octubre de 2020 y febrero de 2021.

La medición estuvo centrada en pobreza por ingresos, es decir, la capacidad de los hogares para –con esos recursos- satisfacer necesidades básicas y alimentarias.

Así se detectó que la pobreza subió desde 8,6% al 10,8%, y la pobreza extrema desde 2,3% a 4,3%. Las cifras representan un retroceso a niveles de 2015 en el caso de la pobreza y de 2013 en el caso de la pobreza extrema.

Esto golpeó sobre todo a los grupos más vulnerables, por la vía de los ingresos laborales, que cayeron un 11% en promedio a nivel nacional, pero en mucho mayor proporción en los quintiles de menores ingresos, como explicó la subsecretaria de Evaluación Social, Alejandra Candia.

En el Gobierno destacan que, si no fuera por las ayudas sociales, la pobreza hubiese llegado al 13% y la pobreza extrema a un 5%.

Uno de los autores de este estudio, el director del Centro de Estudios Longitudinales UC, David Bravo, afirmó que esta fue la crisis de mayor magnitud en el mercado laboral, pero hay recuperación.

Entre las regiones Tarapacá, Ñuble, Bío Bío y La Araucanía presentan tasas de pobreza por sobre el promedio nacional; mientras que en la región Metropolitana, Aysén y Magallanes se observan tasas por debajo del promedio nacional.

En el caso de las regiones, la pobreza extrema aumentó en 12 regiones de forma significativa, todas menos Atacama, Coquimbo, Ñuble y Los Lagos.