Coca Cola confirmó en las últimas horas que su sede de operaciones en el cono sur dejará de estar ubicada en Argentina. Eso sí, subrayó su continuidad en el mercado trasandino, por lo que dicha determinación no afectará a los consumidores.

En detalle, la multinacional señaló que sus oficinas centrales regionales -que abarcaban sus gestiones para Chile, Paraguay, Perú, Bolivia, entre otros-, serán trasladadas hasta Río de Jainero en Brasil.

El diario La Nación de Argentina publicó que esta situación pondría “en jaque” los puestos de trabajo que genera Coca Cola en las mencionadas oficinas.

En general ese país la bebida genera 12.000 empleos directos y externos en toda la cadena de valor y comercialización, según el medio La Voz.

No obstante, la compañía enfatizó la continuidad de las embotelladoras que fabrican y embotellan la bebida a nivel local.

En la misma línea, Coca Cola explicó en el vecino país que su traslado de sede radica en una reorganización interna; y que esta situación no afectará a los consumidores.

“Coca Cola está realizando una reorganización de su estructura a nivel mundial con el objetivo de acelerar su estrategia de crecimiento (…), combinando la capacidad de su escala global con las necesidades locales de los mercados”, explicó la firma en un comunicado citado por La Voz.

En América Latina, agregó, “la reorganización contempla la creación de tres nuevas zonas geográficas que, en reemplazo de la actual estructura, trabajarán en estrecha colaboración con los equipos de liderazgo globales”.

Argentina se integrará en la nueva estructura para el sur de la región, “que incluye también a Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile y Bolivia”, redactó Coca Cola.

No son los únicos que se van

En las últimas semanas, aerolíneas, fábricas y grandes almacenes han anunciado su retiro de Argentina por razones ligadas a la crisis económica y el coronavirus.

Por ejemplo, la empresa chilena Falabella anunció el cierre de cuatro de sus locales (incluyendo a Sodimac) en Buenos Aires “en los próximos meses” y la búsqueda de comprador o de un socio estratégico que haga viable la operación.

Otro éxodo fue el de las aerolíneas. En diciembre, Norwegian dejó sus operaciones en manos de JetSmart; y en abril Air New Zealand suspendió sus cinco vuelos entre Auckland y Buenos Aires.

A mediados de junio, Latam anunció su salida de Argentina, al igual que Qatar Airways y Emirates.

Nike, BASF, Axalta son algunas otras compañías que también optaron por retirar oficinas del país.