A pesar de tener músicos y compositores de muy alto nivel en nuestro país, salvo por la programación de conciertos, es muy difícil conocer su obra porque los registros o grabaciones son escasos. En este contexto, Ensamble Filarmónico y el destacado pianista chileno Luis Alberto Latorre, se propusieron la misión de adentrarse en el mundo de la música de cámara chilena. En ese camino han rescatado obras que, por alguna u otra razón, han sido olvidadas en archivos familiares u otros depósitos, para luego acercarlas al público a través de conciertos y grabaciones, difundiendo así el rico patrimonio musical y cultural de Chile. Uno de ellos ha sido Enrique Soro.

Hijo del compositor italiano José Soro Sforza y la chilena Pilar Barriga, el músico chileno nació en Concepción el 15 de julio de 1884. Desde muy pequeño fueron evidentes sus dotes musicales. Aprendió a tocar el piano en su casa y, más tarde, su talento innato le valió una beca para comenzar estudios formales en el Conservatorio de Milán. De esta manera, en 1898 y con sólo 14 años, viajó a Italia para comenzar una prodigiosa carrera musical. De vuelta en Chile fue profesor de armonía y contrapunto del Conservatorio Nacional de Música –llegando a ser subdirector en 1907 y director en 1919–, profesor de composición y de piano. En 1948, se le otorgó el Premio Nacional de Arte.

El rescate del legado de Enrique Soro ha estado a cargo de nieto Roberto Doniez Soro, quien ha realizado una interesante recuperación de fotografías, artículos de prensa, entrevistas, cartas y, por supuesto, sus partituras. Esto ha permitido realizar estudios en torno a su obra, además de la ejecución y difusión de piezas conocidas e inéditas del artista chileno.

Fue Doniez quien facilitó un set de partituras al Ensamble Filarmónico. En un primer momento, se hizo la grabación de la Sonata para piano y cello con la chelista y líder de Ensamble Filarmónico, Katharina Paslawski, y el pianista nacional, Luis Alberto Latorre. Más tarde se incluyó al resto de los músicos de la agrupación –todos ellos músicos de la Orquesta Filarmónica de Santiago– para el registro del quinteto para cuerdas Melodía para instrumentos de arcos, Impresiones líricas para piano y quinteto de cuerdas y Trío en Sol mayor para piano, violín y cello.

La grabación, que se realizó en 2015 en un concierto en la Sala Arrau, estuvo a cargo de José Oplustil, sonidista y productor de Radio Beethoven, y pudo realizarse gracias a la adjudicación de un fondo para el Fomento de la Música Nacional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y al apoyo del Teatro Municipal de Santiago. Además del registro de la música, el concierto fue filmado y será parte de un documental sobre la Sinfonía romántica de Enrique Soro, del premiado documentalista chileno Carlos Pérez.