Una vieja máquina expendedora acapara las miradas de los transeúntes de la calle República de El Salvador en Ciudad de México. Una máquina que, en vez de barras de chocolate y botellas de bebida, ofrece títulos clásicos de la literatura universal, y a bajo costo.

Se trata del proyecto “Expendedora de Letras, Lectura sin Pretextos”, impulsado por la ONG Amigos de la Letra Impresa, encargada de incentivar la lectura entre los mexicanos. “El conocimiento es el alimento del alma, así que la misión de esta máquina es poner a disposición obras literarias, de la misma forma que la ‘fast-food’ llega a tu manos“, reza la descripción de la iniciativa.

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La máquina en cuestión, que por estos días se exhibe y funciona afuera de las oficinas de la organización, fue alguna vez una expendedora de comida chatarra, tal como las demás que pretenden encender en los próximos meses.

Detrás del vidrio, entre las opciones literarias, se ofrecen títulos de la editorial Nueva Época, sello caracterizado por sus libros a bajo costo. Entre ellos, resaltaban obras como La metamorfosis de Franz Kafka, La Casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca, Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll y, por su puesto, un título chileno de todos los tiempos, Veinte poemas de amor de Pablo Neruda.

Los precios de los libros varían entre los 15 y 40 pesos mexicanos ($525 y $1.400 pesos chilenos).

Fotos: Facebook//AmigosDeLaLetraImpresa

Hasta el momento, la iniciativa ha sido un éxito: cafés, librerías y otras organizaciones ya se han contactado con la ONG para contar con su propia expendedora cultural. Incluso editoriales ya han hecho gestiones para entrar en las vitrinas de los Amigos de la Letra Impresa.

Entre los convenios que está cerrando el grupo, destaca uno con la Procuraduría General de la República, las secretarías de Cultura y Desarrollo Social y la Cámara de Diputados, entre otras instituciones, detalla la nota de Qué Leer al respecto.

La expendedora mexicana, por su modelo anacrónico, sólo acepta monedas y tiene espacio para 160 libros de 25 autores, los cuales posarán frente al D.F mexicano por lo menos durante tres meses más. De ahí, se espera que la máquina recorra otros puntos del país.

El costo de los libros facilita que las personas se interesen por algún título (…) Son máquinas que sus dueños las han tenido arrumbadas o que cuentan con un desperfecto y esas las vamos aprovechar, pero si algún interesado cree necesario tener una máquina nueva, lo hacemos“, contó Víctor Manuel Torres Pineda, representante legal de Amigos de la Letra Impresa, tal como consignó Qué Leer.