Un joven científico chileno de apenas 19 años descubrió una bacteria que se alimenta nada menos que del caucho, logro que podría ayudar a degradar más rápido los neumáticos.

Se trata de Jorge Miles, estudiante de Medicina de la Universidad Católica del que ya les hablábamos en 2018 y quien gracias a este avance, viajará a competir a un congreso en Alemania.

Según explicó a LUN, todo comenzó un día mientras observaba de cerca unas plantas que crecían cerca de unos maceteros hechos con neumáticos.

“Noté que esos neumáticos estaban medio gastados. Pensé que algo podía estar pasando”, señaló Jorge al citado medio. Fue así como descubrió que las culpables de este fenómeno eran unas bacterias.

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“El principal componente de los neumáticos es el caucho vulcanizado. Las bacterias se alimentan del carbono que tiene ese material”, aseveró.

“Al extraer el carbono, se desarma toda la estructura del caucho vulcanizado y solo quedan productos simples, que finalmente son degradados por otros microorganismos que andan por allí”, detalló.

Para confirmar que efectivamente las bacterias comen carbono, lo que el joven científico hizo fue tomar la tierra de los maceteros y filtrarla, proceso tras el cual obtuvo un líquido amarillo que contenían las bacterias.

Tras esto, Miles vertió el líquido en un recipiente que tenía sales minerales y caucho, descubriendo que las bacterias se multiplicaron.

“Lo que hicimos fue evaluar la disminución del peso que tuvieron los fragmentos de neumáticos. Pusimos pedazos de caucho que pesaban 4 gramos. En dos semanas, el peso disminuyó en un 2%“, aseveró.

Posteriormente, Jorge envió una muestra de las bacterias al Instituto de Salud Pública, desde donde le confirmaron que eran del género Rhodococcus.

Este importante logro le permitió al joven ganar el concurso científico Falling Walls Lab Chile, por lo cual competirá el 8 de noviembre en la final en Berlín, Alemania.

Según se estima, para 2023 serán más de 4 mil millones los neumáticos desechados en todo el mundo y, si bien parte de ellos se recicla, por lo general van a parar a los campos o al mar. Cada neumático tarda entre 500 y 1.000 años en desintegrarse.