Esta semana se llevó a cabo la conferencia 8.8 TR3CE en Chile, sobre informática y ciberseguridad, donde participaron distintas personalidades del área y profesionales chilenos y extranjeros que se desempeñan en la seguridad de la información en línea. Allí estuvo presente Michael Laufer, un reconocido "biohacker" que usa implantes en su cuerpo y creó una máquina para que las personas puedan producir sus propios medicamentos en casa.
Michael Laufer es el líder de la red anarquista de biohacking de código abierto, “Four Thieves Vinegar Collective”, e hizo noticia hace algunos años luego de que se implantara una especie de computadora en la pierna, por debajo de su piel.
Ahora, volvió a la palestra en el marco de la conferencia 8.8 TR3CE, a la que fue invitado en Chile para hablar de su más reciente y polémico proyecto.
Se trata de una máquina que las personas pueden utilizar para crear sus propios medicamentos en casa, Microlab Suite, bajo el principio de que “la salud puede mejorar con la tecnología”, como dijo en las primeras palabras de su charla.
Pero antes de llegar a esta invención, Laufer encontró inspiración en países donde los sistemas de salud carecían de recursos. De hecho, comenzó a explorar esta área cuando tras visitar El Salvador, se enteró de que varios hospitales se habían quedado sin suministro de algunos medicamentos y los pacientes no podían acceder a ellos.
Un año después fundó su colectivo y casi una década más tarde presentó un método que permitía armar un auto-inyector de epinefrina, el Epi-Pen, a partir de componentes fácilmente disponibles y económicos para el público en casa.
Con el tiempo también desarrolló las Miso-Cards, que son píldoras para interrumpir el embarazo, pero en formato de tarjetas de misoprostol indetectables. Asimismo, creó un sello de dientes, que son unas nanopartículas que se utilizan para lavarse los dientes y eliminan las caries.
Lo que hizo Laufer básicamente fue ofrecer una receta e instrucciones, para que los pacientes pudieran generar y consumir la medicina. Ahora, amplió esta idea, junto a su colectivo, con un reactor químico farmacéutico de bricolaje.
Pero este producto no se vende, lo que hicieron los biohackers fue compartir sus instrucciones y las recetas al público sin ningún costo. Con la última versión de este método, se pueden fabricar desde aspirinas, hasta fármacos para combatir la diabetes.
“No es para vender, es sólo para construir. La información es gratis y nosotros sólo la entregamos. No es tan difícil construirla, es como cuando compras un mueble en IKEA, no hay que soldar ni nada, sólo juntar. No necesitas ser un experto en electrónica para armarla y eso es lo especial”, explicó en conversación con BiobioChile.
Michael Laufer y el futuro del biohacking
En la entrevista, Michael también habló de cómo se siente llevar implantes electrónicos en el cuerpo y qué pasará en el futuro con el biohacking, una tendencia que busca mejorar la salud y el rendimiento humano con la tecnología, y que, dice, está más cerca de lo que creemos.
En 2018, se realizó un implante en el cuerpo, el cual podía almacenar información y administrar desde una nube en su teléfono. Esta fue la primera vez que se sometió a un procedimiento como este, aunque al día de hoy, no es el único que ha tenido.
Estos dispositivos se mantienen en el cuerpo y sólo cambian cuando el usuario necesita hacer con ellos otra cosa. Pueden ser una llave de un departamento, o un dispositivo que guarda información, o un internet portátil. “Sólo basta con reescribirlo”, dice Michael.
¿Cómo funciona el implante de tu pierna?
Es una red de área local sin cable, entonces, si alguien más tiene una se pueden comunicar. Es como una especie de punto de acceso, lo verías como una red wifi en tu teléfono o computadora.
¿Se puede conectar cualquier teléfono?
Bueno, podría. Pero tuve que removerlo. Falló en el momento en que tuve que hacer un escáner y no podía entrar a la máquina con cosas electrónicas en mi cuerpo, así que tuve que sacarlo. Pueden ver mi cicatriz si quieren, pero tendría que sacarme los pantalones.
¿Y cómo lo hacías cuando, por ejemplo, ibas al aeropuerto y pasabas por el detector de metales?
No era grave, depende del ambiente y del desgaste de las personas en ese momento, porque yo soy muy bueno persuadiendo así que usualmente no tengo ese problema. Una vez tuve un problema en Catar, porque había un escáner extra que no estaba esperando y se enojaron mucho conmigo. Querían arrancármelo porque lo tocaban en mi bolsillo, pero en realidad estaba bajo mi piel.
Me dijeron “¿qué es esto?” y mi árabe es muy malo, entonces intenté decirles que en realidad estaba en mi pierna, pero no podía comunicarme. Finalmente, me bajé los pantalones y me dejaron ir.
¿Esas cosas son humillantes?
Para ellos (se ríe).
¿Qué te decían las personas cuando te lo ibas a poner? ¿Tu mamá?
Depende de quiénes son. Los hackers lo entienden. ¿Y mi madre? No fue bueno. Amo a mi madre, pero ella no lo entendía.
Esto se parece un poco al trans-humanismo, pero no es lo mismo ¿verdad? Yo siento que el biohacking quizás es más realista. ¿Cuál sería la diferencia entre ambos conceptos?
Creo que hay un crossover. Siento que el término biohacking ha perdido su significado hoy, porque todo el mundo lo usa, la gente se pone esteroides y creen que es biohacking. Y la idea del trans-humanismo, yo sé que hay muchas facetas de ello, pero la principal es bastante básica. La noción de que la vida puede ser mejor con la tecnología recae en “todos seremos cyborgs”.
Pero en realidad, todos tenemos la tecnología como parte de nuestro cuerpo. ¿Cuándo fue la última vez que saliste sin tu celular? O un computador, se siente como si fueran parte de ti.
Ahora, cuando mi computador está bajo mi piel, sí, es diferente legalmente. Y se siente diferente. Y pienso en él de una manera diferente. Pero es sólo el siguiente paso. No es tan diferente. O sea… puedes usar teléfonos inteligentes y es casi lo mismo.
¿Crees que en el futuro cercano más gente se sume a esta tendencia, o se convierta en una realidad como lo son ahora los teléfonos?
De todas maneras, aunque el mundo tendría que adaptarse un poco más. Mira, aquí en la mano tengo otro implante. ¿Sientes? Está hecho de vidrio. En Singapur, esto abre la puerta de mi edificio y también la puerta a mi departamento. Nunca pierdo mis llaves. Nunca. No es posible.