Los médicos siguen recomendando el ayuno antes de los exámenes de sangre, pero no todos los tipos lo requieren.

Ante un chequeo de salud que requiere exámenes de sangre, la norma médica es llegar al procedimiento sin haber desayunado y con un ayuno de idealmente 8 horas. Sin embargo, los parámetros han cambiado según evoluciona la medicina.

Resulta que ahora, no todos los exámenes de sangre requieren ayuno, mientras que para otros es obligatorio y algunos todavía se debaten. Esto porque los exámenes de sangre hoy son de diferentes tipos y la forma en que se extrae información de una muestra ha cambiado.

De acuerdo con el medio especializado The Conversation, solo 6 de los exámenes de sangre más comunes que se aplican actualmente requieren ayuno obligatorio. Estos son el de glucosa, panel de lípidos (colesterol), anemia/hierro, vitamina B12, intolerancia a la lactosa e hígado (GGT).

Por otro lado, los que no necesitan ayuno son el de hemoglobina glicosilada (HbA1c), los test genéticos, recuentos de glóbulos rojos, blancos, plaquetas y los marcadores tumorales, como PSA (próstata), CEA (colon), AFP (hígado), CA125 (ovarios) y CA19.9 (páncreas).

En cuanto a los exámenes que no han conseguido un consenso sobre ayuno obligatorio o no, figuran los que tienen que ver con la función renal y la tiroides. De hecho, varios proveedores médicos han llegado a conclusiones contradictorias.

¿Es obligatorio el ayuno antes de un examen de sangre?: Esto es lo que dice la ciencia
Matilde Cañelles López

¿Qué piensan los médicos sobre el ayuno para exámenes de sangre?

Pese a ello, los médicos siguen recomendando el ayuno en la mayoría de los exámenes de sangre, porque existe suficiente evidencia científica para continuar usando este método.

“Esa evidencia consiste, en primer lugar, en que muchos de los marcadores que se obtienen en los análisis de sangre sufren variaciones importantes en las 4 horas siguientes a la ingesta de un desayuno ligero“, explica Matilde Cañelles López investigadora en ciencia, tecnología y sociedad del Instituto de Filosofía (IFS-CSIC).

“Es lo que se conoce como “sesgo de laboratorio” y afecta especialmente a medidas como recuento total de células sanguíneas, albúmina, bilirrubina, fosfato, calcio, magnesio, potasio”, agrega la investigadora.

“Tiene sentido que la comida afecte mucho a los análisis de sangre. Al fin y al cabo, consumir alimentos y bebidas distintas al agua hace que nuestro cuerpo libere hormonas y metabolitos que alteran ciertas sustancias de nuestra sangre, lo que cambia su composición“, completa.

Lo ideal entonces sería seguir las instrucciones médicas y tener en cuenta qué tipo de examen se realizará.