"Nsp1" es el nombre de la nueva proteína identificada por los investigadores. Este hallazgo podría permitir a los especialistas crear nuevos tratamientos médicos para combatir el virus. Hasta la fecha, las terapias solo están enfocadas en atacar la proteína "spike" del agente patógeno.

Desde que se comenzó a desarrollar vacunas y tratamientos para combatir al coronavirus, la mayoría de ellos se centró en atacar las proteínas “spike” que yacen en su superficie y dan su característico aspecto de corona al virus.

Pues bien, un nuevo estudio, elaborado por científicos de la Universidad de Ginebra, la Universidad de Barcelona y la University College of London, ha descubierto un posible nuevo “punto débil” de este agente patógeno. Se trata de una proteína llamada Nsp1, cuyo hallazgo permitiría crear nuevas terapias.

A través de un comunicado, investigadores de la universidad ginebrina explicaron que “esta pequeña proteína bloquea de forma selectiva nuestros ribosomas, las ‘factorías’ de las células, haciendo que éstas no puedan ser utilizadas e impidiendo con ello la respuesta inmunológica, estimulando el mismo tiempo la producción de proteínas virales”.

La Nsp1 sería una de las 16 proteínas no estructurales conocidas del virus SARS-CoV-2 causante de la covid, esenciales para que éste se reproduzca.

Detalles del estudio sobre la nueva proteína del coronavirus

Para estudiarla, las universidades han llevado a cabo simulaciones con algoritmos, y más tarde técnicas experimentales de evaluación y cristalografía mediante rayos X con el fin de confirmar que podía ser objetivo de futuros medicamentos.

Los expertos probaron si varias moléculas podían ligarse a la proteína objetivo y con ello servir de potencial vehículo a nuevas terapias, y encontraron en particular una, el 5 acetilaminoindano, con mucho potencial, indicó el comunicado.

El estudio subraya que estos avances podrían servir para nuevas variantes del coronavirus que amenazan con prolongar la pandemia, pero también contra otros virus similares, ya que los métodos utilizados para descubrir la proteína podrían hallar otras con potencial uso terapéutico.