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En los últimos 70 años los astrónomos han registrado 800 eventos donde estrellas dejan de ser visibles sin dejar rastro. Un estudio reciente explica por qué estarían desapareciendo repentinamente.

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Durante las últimas siete décadas, el misterio de las estrellas que están desapareciendo ha intrigado a la comunidad astronómica. Se han registrado cerca de 800 eventos en los que estrellas han dejado de ser visibles de forma inesperada, sin dejar rastro ni señales claras de su destino final.

Este suceso es especialmente desconcertante porque, según nuestro entendimiento del Universo, las estrellas no deberían apagarse sin más. Deberían atenuarse gradualmente o, si son lo suficientemente masivas, explotar en una supernova espectacular, liberando enormes cantidades de energía y materia al espacio, antes de convertirse en una estrella de neutrones o un agujero negro.

Así, los astrónomos que se han topado con estos sorprendentes casos en los que una estrella observable un momento desaparece por completo al siguiente, sin más aviso ni reaparición, se hacen la pregunta inevitable.

¿Por qué las estrellas están desapareciendo?

Ahora, un equipo internacional liderado por Alejandro Vigna-Gómez, del Instituto Niels Bohr de Dinamarca y el Instituto Max Planck de Astrofísica en Alemania, ha ofrecido nuevas luces sobre este enigma.

Según su estudio publicado en la revista Physical Review Letters, las estrellas de gran masa podrían desaparecer más discretamente de lo esperado, sin la dramática explosión de una supernova.

La investigación apunta a que, en casos de suficiente masa, la fuerza gravitatoria de la estrella podría ser tan intensa que evita cualquier tipo de explosión, llevando a un “colapso completo” directo en un agujero negro, tragándose cualquier indicio de su existencia previa.

“Si uno se quedara mirando a una estrella visible que sufriera un colapso total, sería, justo en el momento adecuado, como ver a una estrella apagarse de repente y desaparecer de los cielos”, explica Vigna-Gómez en un comunicado. “El colapso es tan completo que no se produce ninguna explosión, nada escapa y no se vería ninguna supernova brillante en el cielo nocturno”, añade.

¿Estrellas que mueren sigilosamente?

La evidencia de este proceso se observa en el sistema binario VFTS 243 en la Gran Nube de Magallanes, donde un agujero negro y una estrella compañera coexisten sin señales de la violenta explosión de supernova que debería haber ocurrido según los modelos convencionales.

Este fenómeno se confirma al observar que la órbita de VFTS 243 es casi perfectamente circular, lo que sugiere que no hubo la típica “patada natal” que desplaza el núcleo tras una explosión. Los investigadores también han notado la ausencia de material expulsado, que debería estar presente si hubiera ocurrido una supernova. Esto apoya la teoría de que la estrella colapsó directamente en un agujero negro, perdiendo la mayor parte de su energía a través de partículas subatómicas llamadas neutrinos.

Estos hallazgos representan un avance significativo en la comprensión de la evolución estelar. “Nuestros resultados destacan a VFTS 243 como el mejor caso observable hasta la fecha para la teoría de los agujeros negros formados mediante colapso total”, afirma la astrofísica Irene Tamborra del Instituto Niels Bohr. Este sistema servirá como un punto de referencia crucial para futuras investigaciones sobre la evolución y el colapso estelar.

Aunque no todas las desapariciones puedan atribuirse a este fenómeno, la investigación sobre VFTS 243 proporciona una explicación plausible para al menos algunos de estos casos. “Aunque aún no podemos estar completamente seguros de la conexión, nuestros resultados nos han acercado mucho más a una explicación creíble”, concluye Vigna-Gómez.

El estudio de VFTS 243 y su implicación en la teoría del colapso total abre una nueva ventana en el estudio de la muerte de las estrellas masivas, mostrando que el universo aún guarda muchos secretos por descubrir.