Esta característica no había podido detectarse con otros telescopios y además, ayuda a obtener más datos sobre cómo interactúan las franjas turbulentas del planeta.

Un nuevo hallazgo planetario se atribuyó el telescopio espacial James Webb hace algunos días, resulta que ahora descubrió una característica nunca antes vista en la atmósfera de Júpiter, el planeta gaseoso más grande del Sistema Solar.

De acuerdo con la NASA, se trata de una enorme corriente en forma de chorro que se ubica sobre el ecuador del planeta, entre las famosas líneas de colores de su atmósfera, que alberga nubes y gases.

Además, la agencia espacial recalcó que este descubrimiento está entregando nueva información sobre como interactúan estas franjas turbulentas, y el James Webb, fue el único telescopio capaz de detectarlo.

“Nos sorprendió totalmente. Lo que siempre hemos visto como neblinas borrosas en la atmósfera de Júpiter ahora aparecen como características nítidas que podemos rastrear junto con la rápida rotación del planeta”, comentó Ricardo Hueso, de la Universidad del País Vasco en Bilbao, España, autor principal del estudio que recogió el hallazgo del Webb.

Más rápida que un huracán categoría 5

Según las observaciones del telescopio, la corriente recién descubierta se mueve a unos 515 kilómetros por hora. En dimensiones terrestres, esta velocidad correspondería al doble de lo que se mueve un huracán de categoría 5 (la más intensa) en la Tierra.

Asimismo, se encuentra a 40 kilómetros por encima de las nubes, en la estratosfera inferior de Júpiter. “Al comparar los vientos observados por Webb a gran altura con los vientos observados en capas más profundas desde el Hubble, el equipo pudo medir qué tan rápido cambian los vientos con la altitud y generan cizalladuras del viento”, explica la NASA.

El telescopio espacial James Webb descubrió un detalle de Júpiter nunca antes visto: ¿Qué es?
Corriente de chorro de Júpiter | NASA

En la misma línea, los expertos también pudieron obtener datos más precisos del clima del planeta y como va cambiando.

“Sabíamos que las diferentes longitudes de onda de Webb y Hubble revelarían la estructura tridimensional de las nubes de tormenta, pero también pudimos utilizar la sincronización de los datos para ver con qué rapidez se desarrollan las tormentas”, agregó Michael Wong de la Universidad de California, Berkeley, miembro del equipo del James Webb y quien dirigió las observaciones asociadas del Hubble.

Por el momento, los científicos están esperando obtener más observaciones del James Webb para dilucidar si es que la velocidad o altitud de este chorro cambia con el tiempo.