El telescopio encontró dióxido de carbono en la superficie helada de la luna Europa, donde podría haber vida.

El telescopio espacial James Webb registró otro insólito hallazgo que se suma a su amplia lista de hazañas. Ahora, detectó dióxido de carbono (CO2) en la superficie de la luna Europa, uno de los satélites más grandes de Júpiter.

Recordemos que Europa, es uno de los pocos lugares del Sistema Solar, que podría contener vida, como han teorizado los científicos durante las últimas décadas. De hecho, las últimas investigaciones estiman que bajo su corteza de hielo de agua hay un océano salado de agua líquida con un fondo marino rocoso.

Hasta ahora, los expertos en ciencias planetarias no habían podido comprobar si este océano tendría las condiciones químicas que permiten la vida como la conocemos, especialmente un elemento clave: el carbono.

Sin embargo, nuevos datos del James Webb confirmarían las estimaciones. De acuerdo con la NASA, el telescopio detectó CO2 en una zona específica de Europa conocida como “Tara Regio”, además este sería propio de su superficie.

“El análisis indica que este carbono probablemente se originó en el océano subterráneo y no fue transportado por meteoritos u otras fuentes externas“, apunta la agencia espacial. Asimismo, se concluyó que el carbono se generó en una escala de tiempo “geológicamente reciente”

¿Por qué es importante el hallazgo de CO2 en Europa?

Este hallazgo entrega nuevas luces sobre la posible habitabilidad de esta luna, porque en la Tierra, la vida tiene sus bases en el carbono.

“En la Tierra, a la vida le gusta la diversidad química: cuanta más diversidad, mejor. Somos vida basada en el carbono. Comprender la química del océano de Europa nos ayudará a determinar si es hostil a la vida tal como la conocemos o si podría ser un buen lugar ella”, explicó en el comunicado de la NASA, Geronimo Villanueva, del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA y autor principal de uno de los dos estudios que describen el hallazgo.

Samantha Trumbo, de la Universidad de Cornell y autora principal del segundo artículo que analiza estos datos, también agregó que: “Ahora creemos que tenemos evidencia observacional de que el carbono que vemos en la superficie de Europa proviene del océano. No es algo trivial. El carbono es un elemento biológicamente esencial“.

Cabe señalar que la región Tara Regio en Europa, que se traduce como “terreno del caos”, es una zona donde la superficie congelada de la luna se rompió y permitió que el océano helado bajo esta pudiera interactuar con el exterior.

“Observaciones anteriores realizadas por el Telescopio Espacial Hubble muestran evidencia de sal procedente del océano en Tara Regio. Ahora estamos viendo que el dióxido de carbono también está muy concentrado allí. Creemos que esto implica que el carbono probablemente tenga su origen último en el océano interno”, aclaró Trumbo.

Por el momento, los científicos planean investigar un poco más en observaciones futuras del James Webb, puesto que las que entregaron estos resultados solo duraron unos pocos minutos. Mientras, debaten hasta qué punto el océano de Europa está conectado con su superficie.

“Estas observaciones sólo tomaron unos pocos minutos del tiempo del observatorio. Incluso en este corto período de tiempo, pudimos hacer ciencia realmente importante. Este trabajo ofrece una primera pista de toda la asombrosa ciencia del Sistema Solar que podremos hacer con Webb”, comentó Heidi Hammel, científica interdisciplinaria del James Webb.