La película Armageddon ya nos sitúa frente a la disyuntiva de qué hacer cuando un asteroide amenace la Tierra; la solución -spoiler- fue la de enviar un grupo de perforadores de plataformas petrolíferas con la idea de taladrar su superficie y poder destruirlo con una bomba nuclear.

Aunque suene a ciencia ficción es una de las formas posibles para desviar un asteroide; romperlo en pedazos más pequeños. También los científicos hablan de desviarlos lentamente, “quizás con propulsores para cambiar levemente su órbita y lograr que no intercepte a la tierra. Un pequeño cambio acumulado durante meses o años podría ser suficiente”, señala Juan Carlos Beamin, astrofísico y coordinador científico del Centro de Comunicación de las Ciencias de la Universidad Autónoma de Chile.

Y hay un enfoque distinto, el que pone en práctica la misión DART; básicamente golpear el objeto con la suficiente fuerza para desviarlo de su curso. “Esto se puede lograr de dos maneras: golpearlo con algo de tamaño similar o con uno más pequeño pero que vaya con mucha velocidad» señala el astrofísico”, añade Beamin.

La misión DART será la primera demostración de que la técnica de impactar cinéticamente puede cambiar el movimiento de un asteroide en el espacio. El objetivo es una estructura binaria, compuesta por dos cuerpos: el primario mide aproximadamente 780 metros de diámetro, mientras que el secundario mide unos 160 metros.

¿Por qué se eligió un asteroide binario? “La razón es simple, puesto que como conocemos bien como se mueven el uno en torno al otro será más fácil medir el efecto que tuvo el impacto de la misión. El cambio de dirección y velocidad será muy pequeño, en el fondo no queremos que el asteroide se vaya del sistema solar, solo evitar que colisione con la Tierra”, señala Juan Carlos Beamin.

Didymos, como se llama el sistema, está siendo monitoreado con precisión para definir con exactitud la llegada de la sonda que lo impactará. Según las estimaciones de la NASA se logrará la desviación por impacto cinético al chocar a una velocidad de 24.000 km/h (o 6,6 km/s) con la ayuda de su cámara DRACO (Didymos Reconnaissance and Asteroid Camera for Optical) y un sofisticado software de navegación autónoma.

“La colisión cambiará la velocidad de la pequeña luna en su órbita alrededor del asteroide principal en una fracción de un 1%, pero eso cambiará el periodo orbital de la luna en varios minutos, lo suficiente para ser observado y medido con telescopios terrestres”, declara en un comunicado la agencia estadounidense.

“Podemos poner como ejemplo cuando jugamos con bolitas o canicas y una es más grande que las otras, para moverla se necesita tirar con más fuerza o velocidad, el principio de DART es ese, una pequeña nave impactaría a una altísima velocidad para lograr un pequeño cambio en el asteroide”, detalla el astrofísico de la Universidad Autónoma de Chile.

Una vez lanzada, DART desplegará sus paneles ROSA (Roll Out Solar Arrays) para proporcionar la energía necesaria para su sistema eléctrico de propulsión, pudiéndose beneficiarse de una flexibilidad importante.

La ventana de lanzamiento de DART comienza el 24 de noviembre de 2021 y finaliza el 15 de febrero de 2022. Será lanzada a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX desde la Base de la Fuerza Aérea Vandenberg en California.

DART alcanzaría su objetivo, la luna de Didymos, a finales de septiembre de 2022, cuando el sistema se encuentre a 11 millones de kilómetros de la Tierra, permitiendo que las observaciones terrestres midan el cambio.

“En los últimos 10 años se han hecho grandes avances en la detección de objetos potencialmente peligrosos y se han descartado eventos importantes al menos durante el próximo siglo”, recuerda Juan Carlos Beamin.

Además, “afortunadamente tenemos la tecnología para prevenirlo y la misión DART es una buena prueba de concepto de si es posible desviar un asteroide”, finaliza.