Una mirada a los temas dominantes de los últimos días nos habla de alianzas traicionadas, operaciones internacionales rayanas en el crimen, y todo ello sobre un escenario de destrucción cada vez más acelerada del medio ambiente de nuestro planeta.

Y oiga, respecto de ello, y del sueño de viajar a otros planetas y colonizarlos y eventualmente entrar en contacto con civilizaciones extraterreste más avanzadas que la nuestra y capaces de socorrernos ante nuestra propia incapacidad de conservar siquiera este solitario planeta, el único donde puede haber vida como la conocemos…

También en estos días se divulgó con amplitud el informe matemático que demuestra que, en términos reales, estamos desoladoramente solos, no sólo en nuestra galaxia sino en las otras galaxias cercanas, exploradas con los más potentes telescopios.

Tres investigadores, matemáticos y cosmólogos de la Universidad de Oxford, presentaron un informe en profundidad que, entre otras cosas, indica que nuestras posibilidades de contactar una civilización extraterrestre no van más allá que una en 14 mil millones de años de observación astronómica.

Es decir, nuestros sueños, nuestras ganas y nuestra necesidad de encontrar a unos seres superiores que nos enseñen a no ser idiotas destructivos y suicidas… están desembocando ahora en el más implacable desencanto.

Nadie vendrá a salvarnos. Y el mismo Dios de la Biblia ya una vez aniquiló la vida en nuestro planeta, salvando sólo a un puñadito de privilegiados, porque todos los demás seres vivos parece que no merecían seguir viviendo porque le habíamos resultado mal hechos…

Asumiendo ese desencanto… ¿Seremos, quizás, todavía, capaces de salvar al único planeta en que nuestra vida es posible?

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