Una trifulca así podría haberse producido en Ucrania o en algún narco-país latinoamericano, o incluso en algunas de las democracias de kindergarten que hay en África. Pero no, se está produciendo en Estados Unidos.

El berrinche de conventilleros estadounidenses ya superó la finura de Don Francisco en Sábado Gigante, y se elevó al nivel de La Cuatro Dientes.

Esto luego que la actriz Rosie O’Donnell pidiera que se declare ley marcial para postergar la toma de mando de Donald Trump, para así indagar el posible nexo entre el presidente electo y su par ruso, Vladimir Putin.

Revisa la crónica de Ruperto Concha a continuación: