El juego es una metodología participativa que permite el desarrollo de habilidades socioemocionales en los establecimientos educacionales. CESI ha dispuesto un curso de certificación gratuito para los educadores que buscan incorporar esta estrategia lúdica en el aula.

Uno de los aspectos más relevantes dentro de la formación de un individuo son las habilidades socioemocionales. Se trata de valores que se ubican dentro del marco de la inteligencia emocional, que permiten conectar con otro desde la empatía y la toma de decisiones.

Para desarrollar estas competencias, los establecimientos educacionales se han convertido en un espacio donde los estudiantes pueden conversar en torno a temas que los afectan con sus pares, principalmente aquellos que están iniciando la adolescencia.

BioBioChile conversó de este tema con expertos de CESI entidad que trabaja en entornos educativos capacitando a docentes y equipos directos respecto a proyectos de convivencia escolar, quienes aseguran que la mejor forma de potenciar las habilidades socioemocionales es a través de estrategias lúdicas como “Situ-Acción”.

Situ-Acción: una dinámica diferente

Para desarrollar estas capacidades, los especialistas de CESI han creado un juego adaptado llamado Situ-Acción, que ayuda a los estudiantes a debatir sobre diferentes temáticas y situaciones que podrían enfrentar a lo largo de sus vidas adultas.

El juego llegará a un gran número de escuelas a lo largo del país y se compone de un kit con dos versiones diferentes diseñadas para el ciclo evolutivo de cada estudiante: una enfocada a un público pre adolescente (de quinto a octavo básico) y otra para adolescentes (estudiantes de enseñanza media).

Ambas ediciones contienen 40 tarjetas con situaciones de convivencia escolar, enfocadas en temáticas como el consumo de drogas, inclusión, sexualidad, género, bullying, relaciones interpersonales, violencia en el pololeo y otros puntos atingentes en la sociedad actual.

La dinámica consiste en escoger una tarjeta al azar y leer o interpretar un caso específico. Luego, se exponen preguntas asociadas para poder guiar la discusión en la sala de clases.

“Lo que fomenta el juego es la función reflexiva, donde no hay preguntas buenas ni malas, sino que se pueden discutir y poner sobre la mesa temas complejos cuando se establecen relaciones sociales con otros”, explicó Valentina García-Huidobro, psicóloga de CESI y creadora del juego de mesa.

“Buscamos que sean actividades lúdicas para el desarrollo y poder reflexionar sobre los estados de las emociones, eso es importante”, agregó la psicóloga.

Por su parte, Daniel Seguel, director académico de CESI, afirmó que “el desafío es hacer que las actividades de comprensión de estos temas, que son bastante complejas, sean interesantes, entretenidas y dinámicas. También, rescatar una habilidad que los profesores tienen muy bien desarrollada, pero a veces el mismo sistema no permite que emerjan”.

Abordar temas complejos a través de estrategias lúdicas

Según ambos expertos, a partir quinto básico comienza el desarrollo de la adolescencia temprana, lo que implica aprender a “relacionarse con otros”. En esta línea, las escuelas ocupan un rol clave como espacios de seguridad y guía para abrir temas de conversación que en casa no se tratan.

El juego ubica a los jóvenes en una situación hipotética que los ayuda a reflexionar, en caso de llegar a experimentar una circunstancia parecida. Asimismo, permite que los estudiantes encuentren en el colegio un lugar donde se puedan hablar de sus emociones.

“Situ-Acción toma ejercicios metacognitivos del proceso que nos lleva a pensar. La idea es abrir el tema, que se reflexione y sin respuestas malas”, acotó la García-Huidobro.

La psicóloga destaca el componente lúdico del juego como una estrategia clave que permite un intercambio comunicacional y crea una conducta intrínsecamente motivante en los alumnos, “donde puedo expresar lo que me pasa en esta situación y de esta forma potenciamos estas habilidades socioemocionales”.

A diferencia de los métodos tradicionales usados en las escuelas, las estrategias lúdicas “favorecen un aprendizaje real y mucho más efectivo”, añadió la profesional.

Respecto a este punto, el director académico de CESI, enfatizó en que “los colegios prefieren este tipo de intervenciones, ya que permite que los profesores descansen de la necesidad de control y se dejen sorprender por la experiencia de la actividad”.

Los expertos mencionaron que el juego tiene una buena recepción de parte de los estudiantes y las comunidades educativas donde se ha empleado. “Recuerdo un caso en que hablamos sobre las funas por internet y se nos fue toda la clase discutiendo sobre esta metodología que hoy existe. Es impresionante ver como los alumnos son capaces de reflexionar respecto a distintas situaciones”, expresó la psicóloga de la fundación.

Curso de capacitación

El diagnóstico que entrega CESI es que en Chile existen las falencias en los establecimientos educacionales respecto a los métodos usados para afrontar casos complejos y la falta profesionales de la educación capacitados para atender las dificultades que implica la dimensión afectiva de los estudiantes.

En este sentido, los especialistas catalogan el juego como una herramienta preventiva frente a estas situaciones difíciles presentes en la convivencia escolar.

Por ello, la organización ha dispuesto un curso de capacitación gratuito para los educadores que buscan incorporar esta estrategia en el aula. La certificación dura un mes y cuenta con tres módulos que involucran elementos teóricos y prácticos.

“El curso tiene por objetivo entregar a los profesionales una base teórica sobre las habilidades socioemocionales, profundizar en cómo las actividades lúdicas pueden ser muy provechosas en el ámbito educativo y estar habilitados para aplicar la estrategia”, señaló Daniel Seguel.

Certificación CESI
CESI

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