Del 3 al 6 de septiembre se desarrollará en Matucana 100 el Festival Intimidades Extraordinarias (que contempla la obra “Lágrimas, celos y dudas”, en la foto principal), evento creativo que organiza el Corredor Latinoamericano de Teatro (CLT) y que dirige el chileno Manuel Ortíz.

“Decidimos escuchar, poner atención a esa necesidad de muchos de encontrarse”, comenta respecto de esta manera de enfrentar la pandemia por el coronavirus y el encierro con una fiesta de teatro, danza y música.

El CLT es una plataforma internacional para el fomento e intercambio permanente de proyectos colaborativos en diseño, producción y ejecución de propuestas escénicas.

Obras de Argentina, Brasil, Chile, Cuba, El Salvador, México, Panamá y España estarán en la cartelera virtual que también contempla conversatorios y talleres de formación.

Festival Intimidades Extraordinarias

Entre los artistas participantes está el chileno Pablo Zamorano, cuya idea sobre el trabajo colaborativo con artistas y agentes de otras disciplinas “como parte necesaria de una práctica social” es la premisa de “Formas de estar siendo” (Sábado 5, 17.30), propuesta coreoaudiovisual creada en conjunto con Paulina Chamorro, artista creadora e investigadora chilena, residente en España.

Es un trabajo de video-arte, realizado en condiciones de encierro, “una mirada al cuerpo de la danza como testigo y símbolo social” que Zamorano toma como punto de partida creativo desde hace seis años.

Licenciado en danza de la Universidad de Chile, Pablo Zamorano (32) tiene estudios en Magister en Dirección Teatral del mismo plantel, y Master en Práctica Escénica y Cultura Visual del Centro Nacional de Arte Museo Reina Sofia-ARTEA y UCLM, en España.

“Guacho” (2017. Francia), “Digital” (2018) y “Plano Sutil” (2019. España) son algunos de sus trabajos en colaboración que dan cuenta de “un camino interminable lleno de preguntas”, dice Pablo Zamorano.

Vivencias recientes

(P): ¿A qué invita “Formas de estar siendo”?
(R): “A vivir una experiencia coreoaudiovisual sobre nuestras recientes vivencias de confinamiento, donde cuerpos y materiales están en convivencia simultánea, mientras se producen deplazamientos múltiples de nuestros bailes y presencias virtuales.

“Desde lo argumental, estoy danzando en un paisaje solitario, bebo una taza de café que recién hice, mientras entran y salen del plano los chicos de la peli ‘Elephant’ y suenan las últimas noticias sobre el covid 19.

“Durante el confinamiento en pandemia quisimos desarrollar con Paulina un práctica que nos genere acercamientos y divergencias sobre temas contextuales, a través de materiales audiovisuales.

“En esta propuesta la coreografía está en las imágenes y en los sonidos. Es una experiencia que dura 30 minutos, que viaja desde la distancia de lo presencial y lo audiovisual”.

(P): ¿Por qué enfatizas la idea de distancia?
(R): “El marco de confinamiento y distancia física ofreció una posibilidad de comprensión del diálogo y de los afectos mediados por la pantalla, ahí está la diferencia: la mediación no es el cuerpo presente, sino una versión de si mismo.

“Esto genera nuevas preguntas sobre el cuerpo de la danza (el mover) como una materia de discurso, adaptación, creación y distancia”.

(P): Abundan preguntas. ¿Y las respuestas?
(R): “No hay respuestas, allí está la búsqueda. Dejamos esta experiencia a la apreciación sensible del espectador. Sólo posibilitamos preguntas: las respuestas son subjetivas y queremos apelar a ese ejercicio, es necesario hacerse preguntas.

“No comprendo el arte necesariamente como un espectáculo, sino como un ejercicio social que genera preguntas y necesidad de compartir: el arte es una experiencia para generar conocimientos…”

(P): Pero sin tantas precisiones ni certezas…
(R): “Sí. Pero tenemos que cuestionar todo. La pregunta para mí es ¿quién ha pensado por nosotros todo este tiempo?

Espectador y espectadores

(P): ¿Que sea un espectáculo te molesta?
(R): “No, he estado en diversos espectáculos como intérprete. Creo que debe haber de todo. Pero dentro de mi campo de creación me preocupa cómo funcionan los medios que se utilizan, los tratamientos, estrategias y materialidades para generar conocimiento y ramificar preguntas.

“La primera pregunta es lo autobiográfico y lo que comprendo como identitario, algo que nunca es igual: el cuestionamiento y las preguntas parten desde uno, desde lo que entiendo por el yo: desde allí compartir con un otro y ser la transformación”.

(P): ¿Qué requieres del espectador?
(R): “Invito a una diversidad de público, porque posibilitan lecturas de todo tipo, según sea la sensibilidad de cada uno: las sensibilidades humanas con el mundo son múltiples: racionales, visuales, emocionales… un entramado complejo. Me preocupa generar experiencias que sean posibilitadoras, abordadas de distintas perspectivas.

“Por ejemplo, la obra “Guacho” parte desde el cuerpo; en “Plano sutil” me preguntaba cómo se configuraron los distintos sistemas de creencias en Occidente, basadas en la dualidad espíritu y cuerpo .

“Hemos vivido un humanismo que ha desordenado a la humanidad y que ha vuelto a la especie contra la especie, algo así como un sentido contrario y depredador del ciclo vital”.

(P): Lo central son las preguntas en el CLT…
(R): “Generar preguntas es fundamental para saberse seres frágiles, cambiantes y profundamente sociales, es decir, necesitamos del otro, de lo otro.

“La promesa imposible del paraíso es un fantasma latinoamericano, una imposición desde el tiempo de la conquista, el colonialismo, el capitalismo y, hoy, del neoliberalismo.

“Una subordinación a lo imposible y por ello un modelamiento de nuestros deseos e intereses más esenciales, arraigada desde siglos. Desde aquí lanzo mi pregunta sobre el arte y el cuerpo de mi danza”.

La programación completa del evento está disponible en el siguiente link.