Antes de sentarse a ver Leaving Neverland, el documental que reflotó las denuncias por abuso sexual infantil contra Michael Jackson, no resulta antojadizo darse un tiempo para escuchar detenidamente las canciones que lo convirtieron en el indiscutido “Rey del Pop”.

La razón es simple: para muchos, una vez finalizadas las cuatro horas de registro, será imposible enfrentarse de nuevo a singles como Smooth Criminal o Thriller, y no por mero capricho. Resulta que el impacto de los testimonios y la perspectiva de los hechos es tal, que incluso para quienes puedan seguir escuchándolo las consecuencias serán inevitables en torno a su figura.

La cinta se centra en los relatos de James Safechuck y Wade Robson, dos niños que fueron parte del séquito personal de Jackson en los noventa y que incluso testificaron a su favor en la primera demanda judicial por pederastia en su contra en 1993.

El primero se hizo mundialmente famoso tras protagonizar junto a la voz de Black or White un spot para Pepsi, mientras el segundo ganó notoriedad imitándolo en concursos y programas de TV. En ambos casos, el músico se vinculó a sus familias, se hizo uno más del living de sus casas y desde ahí cultivó una relación que terminó en abusos sostenidos a lo largo de años, muchos de ellos ejecutados en su rancho personal: Neverland.

Tal como lo reconocen las dos víctimas, Jakson se transformó en una pareja: un hombre sobre los 30 años con el que mantenían relaciones sexuales y conversaciones telefónicas durante horas, y con quien incluso terminaron durmiendo en su cama con el consentimiento de sus padres. La experiencia de James es aún más escabrosa: en el filme, muestra las joyas y el “anillo de compromiso” que el músico le regaló como símbolo de su “amistad”, al mismo tiempo que narra cómo lo adentró en la pornografía.

Las descripciones de los abusos sexuales, en Leaving Neverland, son explícitas. Con detalles que resultarán chocantes, Wade y James recuerdan los momentos más complejos de su infancia y cómo estos impactaron en sus vidas, llevándolos a episodios de depresión y angustia que sólo con sus parejas heterosexuales fueron capaces de superar.

El “modus operandi” queda en evidencia en cómo se relacionó con ambos, con actitudes que se repiten y que dejan en evidencia el control psicológico que ejerció con sus víctimas ya adultas. Sólo después de muerto, James y Wade pudieron romper el vínculo con Jackson y dar a conocer sus vejámenes, hoy desmentidos por su círculo familiar y por algunos de los niños que lo acompañaron en sus giras, entre ellos, Macaulay Culkin.

La historia de Wade Robson, en particular, amerita un seguimiento aparte. Se trata de uno de los coreógrafos más respetados del pop en Estados Unidos, responsable del concepto y gira de Britney Spears en su cúspide, en los días de Oops, I did it again, así como de la explosión mundial de N Sync. Todo lo anterior, en parte, gracias al impulso creativo que Jackson ejerció en él desde adolescente.

“Leaving Neverland” | Dave Hogan | Getty Images
Michael Jackson y James Safechuck | “Leaving Neverland” | Dave Hogan | Getty Images

Casi sin canciones del ex Jackson Five en los 240 minutos de metraje, Leaving Neverland deja al margen los desmentidos de su familia y la correspondiente “contraparte”, sin dejar espacio para dudas. El documental sólo presta oídos a las víctimas y sus dolorosas descripciones, poniendo en relieve la nula reacción de la sociedad estadounidense ante las primeras denuncias por pedofilia y cómo con millones de dólares intentó acallar sus repercusiones.

A días de su estreno, la producción tuvo consecuencias directas en el catálogo del artista: diversas radios se han negado a programar su música tras la crudeza de los testimonios, mientras que Los Simpson retiraron el histórico capítulo en el que prestó su voz para uno de sus personajes.

En Chile, Leaving Neverland será estrenado a las 20:00 horas este 16 y 17 de marzo por HBO, la cadena televisiva detrás de la investigación.