Jimmy Page y Robie Williams son vecinos. El exguitarrista de Led Zeppelin y el ex Take That comparten el barrio de Kensington, en Londres, una exclusiva zona donde las celebridades son habituales y donde la disputa legal entre ambos se ha convertido en tema obligado de conversación.

El problema radica en una piscina que Williams quiere construir en el subterráneo de su mansión, cuyas excavaciones e instalación, según Page, terminarán estropeando su casa y, de paso, Kensington completo.

El juicio entre ambos lleva cinco años y comenzó con el arribo del hombre de Angel al barrio. Allí se adjudicó la casa contigua a la del guitarrista por 23 millones de dólares (más de 14.457 millones de dólares), con el anhelo de hacer arreglos.

Esta semana, tal como confirmó el matutino The Guardian, la justicia falló en favor de Page accediendo a aplazar la decisión del ayuntamiento, el ente que iba a resolver si dar o no permiso a la construcción de la piscina.

Para el ex Led Zeppelin, el problema de la piscina de Robbie es uno: teme que sus vidrieras y delicados ornamentos y piezas de arte queden arruinadas por las vibraciones de la obra. También, porque estas pueden terminar devaluando la propiedad.

“Mi casa fue proyectada por William Burges, uno de los mayores arquitectos del siglo XIX”, reclamó Page en su cita con el Ayuntamiento de Kensington. De acuerdo a su mismo relato, hasta él ha tenido un cuidado especial con el inmueble: dijo que en la residencia ha optado por no tocar guitarras eléctricas.