“The Beauty of Living Twice” (“La belleza de vivir dos veces”, Atlantic Books), se titula la autobiografía de Sharon Stone, donde repasa la historia de su vida y algunas de las principales adversidades que debió enfrentar antes de convertirse en una superestrella de Hollywood.

Allí, por ejemplo, detalla que fue su profesor de actuación, Roy London (el mismo que instruyó a Brad Pitt, Geena Davis y Robert Downey Jr., entre otros), quien le dio las armas necesarias para afrontar el rodaje de “Bajos Instintos”, película que la lanzó a la fama no sin antes una incómoda situación.

Sabía que era mi última oportunidad”, comentó Stone de acuerdo a un adelanto publicado por el diario El País de España, y donde deja de manifiesto las inseguridades que atravesaba en sus inicios.

“Chuck, mi agente de entonces, me dijo que nadie me contrataría porque no era sexy. No era, como decían en Hollywood por entonces, ‘follable”, contó.

Sobre su famoso largometraje con Michael Douglas, recordó: “No era nadie comparada con él, y era una película muy arriesgada. Le ofrecieron el papel a otras 12 actrices que lo rechazaron y entonces Michael accedió a probar conmigo. Ahora somos amigos. Me enseñó muchísimo”.

Siguiendo con “Bajos Instintos”, aquí va otra anécdota: cuando la presentaron en el Festival de Cannes en 1992, la intérprete fue víctima de un asalto en donde unos fans le robaron parte de su equipaje.

Sin dinero para comprar otra prenda, y acongojada por la situación, la incipiente Sharon tuvo que improvisar un vestido con un bikini floreado y un pareo que pasó, en parte, desapercibido en la alfombra roja.

Agence France Presse

Sobre la recordada escena del cruce de piernas, Stone recordó que momentos antes de la filmación le informaron que el color blanco de su braga se reflejaba con la luz del set y estropeaba la toma completa, por lo que era necesario quitarla. En el mismo diálogo, le aseguraron que sus zonas íntimas no se verían en el filme, lo que al final sí terminó ocurriendo.

En una proyección privada, en una sala repleta de agentes cinematográficos y abogados, “me encontré por primera vez con el plano de mi vagina”, recordó la intérprete.

Tras un conflicto con el director de la película, decidió aceptar el plano en el edición definitiva de la película: “Tomaba decisiones desde las cicatrices de una niña de ocho años, y desde esas heridas profundas que no había aprendido a sanar. Lo fingí hasta que lo logré”.

A pesar de no pocas faltas de respeto, la actriz confiesa que se ha dedicado al 100% a todos sus proyectos, “incluso con los peores directores, como el que dijo que no me dirigiría porque rechacé sentarme en su regazo… Sí, era una película multimillonaria, yo era la estrella y el estudio no dijo ni hizo nada”.

Aquella terminó siendo un fracaso en la taquilla. “Pero como superestrella, que entonces lo era, y como mujer, no tenía nada que decir. Así era mi día a día. Incluso un director colocado y abusivo tenía más poder que yo”, señaló.

También rememoró los problemas que le trajo enfrentar las situaciones de acoso, abuso o faltas de respeto en la industria cinematográfica. “Nunca me ha ido muy bien con eso, no es un posicionamiento popular, sobre todo no entonces, ni siendo mujer. Sería justo decir que me jodí a mí misma”, escribió