La artista Javiera Parra, junto a Anita Tijoux y Camila Moreno -además de otras 14 compositoras chilenas-, fue parte de un arduo trabajo creativo en lo musical para La Ola, de Sebastián Lelio, creación que comenzó un año y medio antes en un campo y llegó a su estreno en Cannes, una de las vitrinas de cine más importantes del mundo.

En pleno Festival de Cannes, donde el mundo del espectáculo está poniendo sus ojos por estos días, una película chilena está dando que hablar: “La Ola”, dirigida por Sebastián Lelio, no sólo marcó su regreso a una competencia oficial después de 16 años, sino también el debut de un musical con una mirada feminista y profundamente colaborativa.

Lelio, quien alguna vez conquistó el Oscar con Una Mujer Fantástica, vuelve al ruedo con una cinta que no se impone desde lo autoral con La Ola: “Más que hacer una película sobre el movimiento de mujeres, hicimos una película con mujeres. Esta no es una exposición de lo que yo pienso: es un contenedor que expresa lo que muchas personas piensan, incluso cosas con las que yo no estoy de acuerdo”, explica desde Cannes.

Sebastián Lelio en Cannes
Sebastián Lelio en estreno de ‘La Ola’ en Cannes | Cedida

Creación colectiva

“La Ola” fue concebido desde lo colectivo. De hecho, el guión demoró 5 años en estar terminado, luego de una ardua investigación y extensas conversaciones con muchas mujeres y fue escrito por Lelio, junto a Paloma Salas, Josefina Fernández y Manuela Infante, y completado con una columna sonora realizada por 17 compositoras chilenas, que vieron su trabajo ser ovacionado en su estreno en Francia. Y, en medio de los flashes y la ovación a esta apuesta chilena, hay una protagonista inesperada pero esencial: Javiera Parra, quien no solo destaca como una de las creadoras más reconocibles del proyecto, sino también como testigo y testimonio de un proceso único.

Javiera Parra en Cannes
Cedida

“Sebastián y yo tenemos una amistad de 20 años, así que fue muy natural que me convocara. Cuando supe que era un musical feminista, no lo dudé. Me pareció demasiado interesante y necesario”, cuenta Javiera desde un tren rumbo a París, aún con la emoción de lo vivido en Cannes vibrando en su voz.

Su trabajo consistió en componer tres canciones originales para la película y colaboró en muchas otras, musicalmente y también reescribiendo letras e hilando melodías con los diálogos de las actrices. Dos de sus temas, “La voz” y “No”, son centrales en la historia de Julia, la protagonista. “Son momentos muy culminantes, especialmente uno donde Julia canta su versión de la historia frente a 400 personas. Fue un proceso largo, de mucho trabajo, pero de una entrega total”, relata.

Voces que se armaron desde María Pinto a Abbey Road

La trayectoria musical de “La Ola” tuvo un inicio en una especie de campamento de creación en María Pinto, donde un grupo aproximado de 10 compositoras, se reunieron para crear canciones contra el tiempo e incluso sin aún haber visto la versión final de la película. “Trabajábamos toda la mañana y a la hora de almuerzo ya tenía que haber una canción lista. Fue como una cita a ciegas con la película”, recuerda Javiera. Ese proceso creativo se transformó después, agrega la cantante, “en una experiencia orquestal inolvidable, lo más emocionante que me ha pasado en años. Escuchar esas canciones orquestadas en Abbey Road, en una sala llena en Cannes, fue simplemente conmovedor”.

La música original de la película estuvo a cargo del compositor británico Matthew Herbert, quien se encargó de ordenar y amalgamar, según explica Lelio, a todas las cocreadoras de “La Ola”. “Habría sido un despropósito que él compusiera todo. Era completamente lógico compartir las parcelas de poder musical”.

Su paso por Cannes

La película, que incluye colaboraciones de Ana Tijoux, Camila Moreno y otras compositoras chilenas, ha despertado el interés en Cannes por su propuesta estética y narrativa, y representa un nuevo paso en la proyección internacional del cine chileno y latinoamericano.

“Tener un estreno en Cannes Premiere, una selección oficial del festival de Cannes, es un enorme logro. Pero hacerlo con una película que se atreve con un género inexplorado, con una visualidad arrolladora, y un altísimo nivel de producción, es una señal clara de la contribución que ha hecho Sebastián Lelio al cine chileno y latinoamericano. No solo está a la altura de las tendencias mundiales, sino que además comprueba que puede subir el estándar mundial y embarcarse en producciones deslumbrantes como esta”, señala Alexandra Galvis, codirectora de CinemaChile.

“Lo que vivimos fue algo más grande que una película. Fue una comunidad de creación”, concluye Javiera. Y esa comunidad ya dejó su huella en el festival de cine más importante del mundo.