La estreno de la película “Lina de Lima”, de la directora chilena María Paz González y con Magaly Solier en el rol protagónico,contemplado para este 19 de marzo en salas nacionales, ha sido pospuesto hasta nuevo aviso.
La película de María Paz González (Temuco, 1981), que protagoniza Magaly Solier (La teta asustada), sigue a Lina, una empleada doméstica (“nana”) peruana, en el periodo de fiestas de fin de año.
Los patrones de Lina están en Buenos Aires mientras unos maestros terminan de construir una piscina en la casa. Lina, entonces, se ve tensionada por la soledad, las peticiones de regalos que recibe desde Perú, el no tener mucho que hacer y la búsqueda de afectos -o sexo- esporádicos, fuera de la formalidad y las redes de la comunidad peruana.
“Hoy es Noche Buena y vamos a celebrar” canta un grupo de niños y jóvenes (todos vestidos con pantalón y chaleco sin mangas rojos) sobre un escenario mientras todos los espectadores graban con sus celulares (viendo a sus hijos a través de las pantallas de sus móviles), incluida la protagonista, sola.
Esa escena, imaginada por Lina (con gran interpretación de Magaly Solier), sintetiza parte de sus conflictos: sus deseos de una cotidianidad “normal”, con familia presente (materializada en un hijo que cada vez la tiene menos presente), una dependencia casi enfermiza del celular –con la fantasía ,de mantener contacto y el control de su hijo- y la soledad. También muestra a Lina, que lleva 10 años en Chile, aferrada a una realidad -en Perú- que cambia, mientras ella no logra concretar ni sueños ni una vida afectiva.
La cotidianidad y los planes se ven alterados cuando la pintura de la piscina recién terminada se estropea por culpa de Lina, en un hecho que podría calzar con una comedia. Pero aquí, hasta lo divertido, como en muchas escenas, tiene un tinte de precariedad, de fracaso inminente, de abandono, de sacrificio fallido, de intento vano –y banal- por ser parte del sistema, del sistema de consumo. Como pagar $49.990 por una polera “original” de Messi para regalar a su hijo que vive en Perú, el que cada vez es más cercano a su padre, con el que Lina está separada.
“Lina de Lima” va insertando escenas –estilo videoclip- de un marcado kitsch, como aquella en la que canta “hazme lo que quieras para que se mueva este dolor” vestida como Virgen, con aureola y un Sagrado Corazón en el pecho. Escenas de canciones dramáticas que explican su vida disociada entre la familia y el sexo esporádico, su comportamiento ante las personas para las cuales trabaja o comunidad y lo que hace en privado.
Son escenas que apelan a la cultura popular peruana, a sus raíces, sus sueños y la necesidad de evadirse de una realidad sin esperanzas, sin posibilidad de realización, de superación. Donde sólo cabe –a ojos de la comunidad peruana- sacrificar la vida por su familia.
La vida de Lina, por otro lado, es irrelevante para la familia para la cual trabaja, es un engranaje más, algo que, de fallar, se puede sustituir. A pesar de saber más de la hija de sus patrones que ellos mismos…
“Lina de Lima” es una buena película que nos muestra la -dura- vida de una empleada doméstica peruana más allá de los estereotipos. En este sentido, puede ser un buen contrapunto de “El perro bomba”, que abordaba la vida de un inmigrante haitiano.
El estreno de Lina de Lima, programado para el 19 de marzo en salas de cine, se ha pospuesto por el Covid-19 hasta nuevo aviso.
Ficha Técnica
Lina de Lima
Dirección y guion: María Paz González.
Dirección de fotografía: Benjamín Echazarreta.
Dirección de arte: Susana Torres.
Montaje: Ana Remón.
Casa productora: Quijote Films
Producción Ejecutiva: Maite Alberdi, Giancarlo Nasi
Casas coproductoras: Gema Films (Argentina), Carapulkra (Perú)
Co-productores: Gema Juárez, Brian Jacobs
Chile. Argentina. Perú
Duración: 83 minutos.
