En este año se estrenaron varias cintas, pero pocas son para recordar.

Una mujer fantástica, de Sebastián Lelio (Gloria), ha ganado importantes premios (Mejor guión en Berlín y en los Fénix Mejor largometraje de ficción, la Mejor dirección y la Mejor actuación femenina), además de representar a Chile para los Oscar y estar nominada a los Critic’s Choice Awards. Su mayor mérito es tener en el reparto a Daniela Vega (La visita) como protagonista, y poner temas candentes en la palestra de forma “políticamente correcta”. Es un filme para ganar premios. Pone temas, pero incomoda a pocos.

Mala junta, auspiciosa ópera prima de Claudia Huaiquimilla, es una cinta que aborda el conflicto mapuche a través del encuentro entre dos jóvenes, uno con problemas producto de pequeños robos y que se va a vivir con su padre, y una mapuche. El mayor aporte es mostrar una mirada joven desde “el otro lado”, y desde adentro.

Jesús, de Fernando Guzzoni (Carne de perro), es el mayor aporte del cine de ficción chileno de 2017. Muestra la vida y el entorno de un joven de clase media (vive en las Torres de San Borja, centro de Santiago) que no estudia ni trabaja, que vive solo con su padre (bastante ausente, que debe viajar bastante seguido por razones de un trabajo que nunca sabemos en qué consiste). Guzzoni muestra sin juzgar una realidad cruda inspirada, luego de un año y medio de investigación y de frecuentar sus lugares de reunión, en el entorno de los protagonistas del “caso Zamudio”. Jesús pone temas difíciles, incómodos, dolorosos, sin filtros, sin concesiones y siendo… “políticamente incorrecto”. Jesús, en muchas cosas, se asemeja a ‘Una mujer fantástica’, pero en su esencia está en las antípodas (lo más probable es que no gane premios).

Recuento del año

Madre, del estadounidense Aaron Burns y de Purgatorio, la nueva productora de Miguel Asencio Llamas y Nicolás López. Una cinta de “terror”, mejor que la media de las cintas chilenas de ese género, pero débil en términos generales. Se estrenó en abril.

El Cristo ciego, película de Christopher Murray, es la historia de un joven nortino que cree haber recibido una señal divina y decide hacer un milagro. Con una fotografía notable (Inti Briones) y un buen protagonista (Michael Silva), incorpora a gran cantidad de actores secundarios que a su vez son habitantes nortinos, en una propuesta que apela al “neorrealismo italiano”. Se estrenó en abril.

Mala Junta, largometraje de ficción de 89 minutos a cargo de Claudia Huaiquimilla, tal como mencionamos antes, se perfila como unas de las cintas más importantes del año. La apuesta fue ampliamente alabada en el circuito local a internacional, aunque dichos méritos (como suele ocurrir en la industria) no se tradujeron en taquilla. Se estrenó en mayo.

Johnny 100 Pesos Dos retoma la historia filmada hace más de 20 años (1993), con el mismo director (Gustavo Graef Marino) y el mismo protagonista (Armando Araiza). Con buena manufactura y efectos especiales sorprendentes para el cine local, la historia no tiene ni la sensibilidad ni el arraigo de la original, y el elenco está muy lejos y por debajo de la primera (Paulina Urrutia, Luis Gnecco, Willy Sembler, Sergio Hernández, Aldo Parodi, Boris Quercia, luis Alarcón y Cristián Campos, entre otros). Se estrenó en agosto.

Cabros de mierda, de Gonzalo Justiniano, se sitúa en la población la Victoria, en 1983, en plena dictadura. Incorporando filmaciones de la época realizadas por Justiniano, destaca la participación de Gladys, la protagonista, rol que estuvo a cargo de Nathalia Aragonese. Fue estrenada en septiembre.

Jesús, de Fernando Guzzoni (Carne de perro), es a nuestro entender la mejor película chilena de ficción del año. Luego de involucrarse durante un año y medio con el entorno cercano de los protagonistas del “Caso Zamudio”, Guzzoni logra hacer entrar a los espectadores en un mundo “invisibilizado”: jóvenes de clase media, sin problemas económicos, que no trabajan ni estudian, que ven videos de extrema violencia en internet, que se curan y se drogan, que tienen sexo ocasional con cualquiera, que no les interesan las ideologías ni su entorno. Jóvenes sin sueños con los que puede pasar cualquier cosa. Sin juzgar, sin tomar partido, Guzzoni nos lleva en forma vívida a esta realidad donde queremos empatizar con el protagonista pero nos choca, nos perturba y agrede al mismo tiempo. Muy buena actuación de Nicolás Durán. Gran cinta estrenada en octubre.

Condorito, cinta de animación basada en el personaje de Pepo, popular en Chile y toda Latinoamérica, que si bien no es chilena, sí es muy cercana y tuvo una buena cantidad de espectadores. Contó con la voz de Coco Legrand como Tremebunda y Cuasimodo, y su historia fue llevada al formato 3D. Se estrenó en octubre.

Princesita, de Marialy Rivas (Joven y alocada), es una cinta basada en un caso real sobre una secta religiosa, cuyo líder, Miguel (Marcelo Alonso, El Club), ha elegido a una joven, Tamara (Sara Caballero) para que sea la madre de su “sucesor”. Miguel está a la espera de la primera menstruación de Tamara, pero ella no está preparada. Una cinta con muy buena fotografía (Sergio Armstrong), con problemas de guión (Marialy Rivas y Camila Gutiérrez), un final abrupto y una protagonista poco convincente. Se estrenó en octubre.

Un día cualquiera, es una comedia constituida por cinco cortometrajes a cargo de cinco directores, con historias que terminan en inicios de romances. Sus méritos radican en explorar este formato de películas, con distintos directores, en un género poco trabajado en el país (comedia, no sketch de televisión llevado a formato cine), con gran sentido de unidad. El resultado es una cinta liviana y entretenida, pero poco más (salvo tener varios actores “ancla” de la televisión). Se estrenó en noviembre.

Algunos hechos

El 19 de febrero Sebastián Lelio ganó el Oso de Plata (Mejor Guion) en la Berlinale, obteniendo su segundo premio en este importante festival de cine después de Gloria (2013, que además obtuvo el Premio Ariel y varios más). El 6 de diciembre gana los premios Fénix a mejor largometraje de ficción, la mejor dirección y la mejor actuación femenina.

El 9 de marzo falleció Edgardo Bruna, conocido actor de telenovelas y series de televisión. También participó en muchos largometrajes, como La lección de pintura (Pablo Perelman, 2011), El vuelo de los cuervos (Cristián toledo, 2013), El árbol magnético (de Isabel Ayguavives, 2013), Pinochet Boys (Claudio Valle, 2016), Nunca vas a estar solo (de Álex Anwandter, 2016).

En agosto, Alejandro Sieveking (1934) recibió el Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales. Aunque sus grandes aportes están vinculados al teatro (y su trabajo con Víctor Jara y muchos grandes), se menciona aquí por su participación en grandes cintas como Play (Alicia Scherso), La vida me mata (Sebastián Silva), Gatos viejos (Sebastián Silva y Pedro Peirano) y El club (Pablo Larraín), donde realiza el notable rol de un sacerdote que ha perdido la memoria.

En agosto, Sieveking realizó una exposición con sus collages en la Casa Colorada, mostrando su versatilidad creativa (también a publicado un par de libros).

En octubre fue el reestreno de Palomita blanca, de Raúl Ruiz, filme basado en el libro homónimo de Enrique Lafourcade. A 25 años de su estreno y 40 de su rodaje, volvió restaurada a las salas.