En la era de las redes sociales, la política y la tecnología están más entrelazadas que nunca. Pero esta conexión no siempre es positiva.

Recientemente, un estudio que realizamos desde Fundación Multitudes, en conjunto con la organización internacional She Persisted, reveló cómo la desinformación y la violencia digital están afectando negativamente a quienes buscan desarrollar una carrera en esta área, lo que se convierte en una señal de alerta para Chile.

Este estudio, basado en experiencias en Perú, muestra que las mujeres políticas se enfrentan, sin mayores herramientas, a una avalancha de desinformación y ataques en línea. La desinformación de género, que se refiere a la difusión de información falsa o engañosa para socavar una posición, está socavando su capacidad para hacer su trabajo y debilita peligrosamente la igualdad de género en el proceso.

Las mujeres políticas en Perú enfrentan insultos sobre su apariencia física, su capacidad y su vida personal. Se las ridiculiza, se las sexualiza y se las ataca con información falsa. Este tipo de acoso no solo es desmoralizador sino que también puede disuadir a las jóvenes de ingresar a la política y el mundo del debate público, con el consiguiente deterioro para la democracia. Lo más alarmante es que estas experiencias se están volviendo tan comunes que muchas mujeres las naturalizan.

Esto es un peligroso precedente que no debemos permitir que se establezca en Chile.

Existen señales que nos debieran preocupar en esta línea. Otro estudio realizado por nuestra fundación reveló que más del 90% de las parlamentarias chilenas señalan haber sido víctimas de violencia digital. Este grupo es uno de los que tiene más herramientas para enfrentar amenazas, pero es preocupante pensar el efecto que puede tener en otros segmentos con menores experiencias y herramientas.

Para enfrentar esto, debemos establecer compromisos y recomendaciones. En primer lugar, las plataformas digitales deben asumir la responsabilidad de abordar estos problemas. Las redes sociales desempeñan un papel fundamental en la propagación de la desinformación y la violencia política en línea, y deben tomar medidas para abordar estos problemas de manera efectiva.

En segundo lugar, se debe considerar la implementación de legislación integral que aborde la desinformación de género y la violencia política en línea. En tanto, los partidos políticos deben establecer protocolos para prevenir el uso de estas tácticas por parte de sus miembros y brindar formación al respecto.

Un aporte en esta línea sería potenciar un observatorio nacional que monitoree la violencia política de género y la desinformación en línea, un trabajo que hemos impulsado desde Fundación Multitudes con nuestro Observatorio de Mujeres contra la Desinformación y las Fake News. La concienciación pública sobre estos problemas es fundamental, y las campañas de sensibilización pueden desempeñar un papel importante en este sentido.

Finalmente, debe existir un apoyo específico a las mujeres jóvenes que deseen ingresar a la política y enfrentar estas amenazas. Necesitamos proteger los espacios de debate y no convertirlos en un campo de batalla lleno de desinformación y violencia. Todos tenemos la responsabilidad de asegurarnos de que así sea.