A cuatro meses de que cumpla 90 años, Fidel Castro pronunció este martes un discurso con aires de despedida en el que confió que el legado revolucionario cubano perdure después de su muerte.
El líder cubano, quien volvió a referirse a las amenazas para la supervivencia humana, intervino junto con su hermano, el presidente Raúl Castro, en la clausura del Séptimo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) celebrado en La Habana.
“Pronto deberé cumplir 90 años. Nunca se me habría ocurrido tal idea y nunca fue fruto de un esfuerzo, fue capricho del azar. Pronto seré ya como todos los demás. A todos nos llegará nuestro turno”, afirmó Fidel Castro en un corto discurso que pronunció sentado.
Sus declaraciones fueron difundidas en diferido por la televisión estatal.
Un Fidel de buen semblante, con camisa y chaqueta deportiva azul, agregó que tras su muerte “quedarán las ideas de los comunistas cubanos como prueba de que en este planeta, si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan”.
A nuestros hermanos de América Latina y del mundo -indicó- “debemos trasmitirles que el pueblo cubano vencerá”.
“Tal vez sea de las últimas veces que hable en esta sala”, dijo Castro en tono firme, y agradeció después a su hermano por el “magnifico esfuerzo” al frente del PCC.
El armamento, el mayor peligro
Fidel fue ovacionado de pie por los 1.000 delegados del PCC e invitados que deliberaron desde el sábado en el Palacio de Convenciones.
Es la segunda vez que Fidel es visto en público en los últimos 12 días, tras hablar en una escuela el pasado 7 de abril.
Entonces, lucía de buen aspecto aunque se le vio siempre sentado recordando a su cuñada Vilma Espín, esposa de Raúl, heroína de la revolución y quien falleció en 2007.
En esta ocasión “lo sentí un poco melancólico, como si se estuviera despidiendo. Él sabe que quizá haya sido el último congreso del partido en el que pueda participar”, comentó a la AFP Natalia Díaz, una ingeniera industrial de 54 años.
Retirado del poder desde 2006 a causa de una enfermedad que lo obligó a delegar funciones en su hermano, Fidel también participó en 2011 junto a Raúl en la clausura del Sexto Congreso del PCC.
Durante su discurso, el padre de la revolución cubana volvió sobre uno de los temas que más lo obsesionan en su vejez: “el poder destructivo del armamento moderno que podría socavar la paz del planeta y hacer imposible la vida humana sobre la superficie terrestre”.
Asimismo, insistió en su preocupación por la seguridad alimentaria, el acceso al agua y los efectos del cambio climático en las futuras generaciones.
“¿Quién va a alimentar a los pueblos sedientos de África sin tecnologías a su alcance, ni lluvias, ni embalses, ni más depósitos subterráneos que los cubiertos por arenas? Veremos que dicen los gobiernos que casi en su totalidad suscribieron los compromisos climáticos”, dijo.
Fidel restringió en los últimos tiempos sus actividades públicas y esporádicamente recibe a líderes internacionales o escribe artículos de coyuntura.
Michael Shifter, presidente del centro de reflexión Dialogo Interamericano, con sede en Estados Unidos, consideró llamativa la aparición de Fidel en la sesión de clausura.
Para este experto, Fidel fue como un “fantasma” que reapareció para ratificar el rumbo comunista ante los vientos de cambio que parecían soplar sobre la isla después de la reconciliación política con Estados Unidos.
Aun bajo la influencia de Fidel, el PCC -el mayor órgano de decisión en Cuba- descartó grandes cambios para los próximos cinco años en medio del proceso de apertura gradual al sector privado iniciado por Raúl Castro en 2008.