Las negociaciones tripartitas destinadas a formar un gobierno “de cambio” que expulse del poder a la derecha de Mariano Rajoy fracasaron este viernes, menos de 24 horas después de su inicio, reforzando la perspectivas de nuevas elecciones en junio.

El socialista PSOE, segundo en número de escaños en las legislativas del 20 de diciembre, había intentado, durante una reunión celebrada el jueves por la tarde, acercar al partido de izquierda Podemos, tercero, y a la formación liberal Ciudadanos, cuarta.

Trataba de crear una alianza a tres bandas para sumar una mayoría de 199 de los 350 diputados que tiene el país y lograr así expulsar al Partido Popular (PP) de Rajoy del poder en el que está asentado desde finales de 2011.

Sin embargo, las tres formaciones constataron que la reunión fue un fiasco.

“Hoy Iglesias y Podemos han cerrado la puerta al cambio que esperaban tantos millones de españoles”, lanzó el portavoz socialista Antonio Hernando hacia mediodía, tras tres meses de bloqueo político.

El negociador socialista comparecía después de una dura intervención del líder de la formación izquierdista, Iglesias, que afirmó ante los periodistas: “Si hay un titular de la reunión es que a Podemos le dijeron que no. Le dijeron que no a todo (…) Nuestras propuestas de cesión fueron recibidas con inmovilismo y puedo decir que salimos muy decepcionados de esa reunión”.

“La posibilidad de elecciones está más cerca después de un encuentro en el que todos se han agradecido la ‘franqueza’ a la hora de subrayar las diferencias”, señalaba por la mañana el diario en línea Eldiario.es, gran conocedor de Podemos.

Iglesias anunció este viernes que los militantes de su formación serán consultados del 14 al 16 de abril, para saber si rechazan -como él- el acuerdo cerrado entre el líder socialista Pedro Sánchez y Albert Rivera, presidente de Ciudadanos.

Iglesias dio a entender que dimitiría si los militantes discrepaban con él.

Ataques y elusión de responsabilidades

Podemos asegura que Ciudadanos rechazó toda modificación del programa de gobierno firmado con los socialistas, considerado demasiado liberal por la izquierda.

Iglesias defiende el derecho a la autodeterminación de Cataluña, región en plena crisis independentista, y exige participar en un gobierno que respete una repartición “proporcional” de las carteras ministeriales. Son dos temas de desacuerdo fundamental con Ciudadanos.

Para el partido de centroderecha, Podemos sólo participó en la negociación para “reventar básicamente el acuerdo” entre Sánchez y Rivera.

“Podemos no vino a matizar, a defender enmiendas”
, sino más bien a “dinamitar, reventar, liquidar”, lanzó Rivera.

Aun así, Iglesias no quiere renunciar al referéndum que considera “ineludible”. “Dijimos que defendíamos un referéndum, lo hemos defendido hasta el día de hoy y vamos a seguir defendiéndolo”, afirmó tras reunirse por la tarde con el presidente independentista catalán, Carles Puigdemont, en Barcelona.

Además de atacarse mutuamente, los tres partidos buscaron eludir la responsabilidad del fracaso en las negociaciones y de la posible convocatoria de nuevos comicios, había explicado el jueves a la AFP un miembro del partido socialista que pidió mantener el anonimato.

El PSOE, que ya fracasó en dos ocasiones en marzo en su intento de lograr la investidura del Congreso de los Diputados, asegura sin embargo que se implicará hasta el último día para expulsar del poder a Rajoy y al PP, cuya imagen se vio muy dañada por la multiplicación de escándalos de corrupción y las draconianas políticas de austeridad.

Los conservadores habían llegado primeros en las legislativas de diciembre, pero con una mayoría insuficiente para gobernar en solitario y sin ningún aliado. Desde entonces, el ejecutivo de Rajoy está en funciones y gestiona solamente el día a día del país.

Los partidos españoles tienen hasta el 2 de mayo para alcanzar un acuerdo de investidura. De lo contrario, el parlamento se disolverá y se convocarán nuevas legislativas, probablemente el 26 de junio.

Según los sondeos, Podemos perdería terreno. Sin embargo, en caso de aliarse con la pequeña coalición ecolocomunista Izquierda Unida, podría arrebatar el segundo lugar a los socialistas. El PP, por el contrario, se mantendría en su nivel actual mientras que Ciudadanos ganaría algunos escaños.