Unos 1.500 refugiados e inmigrantes que consiguieron el lunes franquear la frontera greco-macedonia, cerrada desde hace una semana, fueron devueltos a Grecia, afirmaron las autoridades macedonias, mientras que Atenas mostraba su sorpresa por el desenlace.

“Ayer tuvimos un importante grupo de migrantes ilegales que consiguieron franquear la frontera cerca de la aldea de Moin (…) Sin incidentes ni uso de la fuerza, fueron bloqueados y esta mañana fueron devueltos a Grecia” afirmó a la AFP Toni Janevski, portavoz del ejército macedonio.

La policía macedonia calculó que los inmigrantes que consiguieron forzar su entrada eran unos 1.500. Otros 600 fueron detenidos antes de cruzar. Todos ellos provenían del campo de Idomeni, situado en lado griego.

Estas expulsiones sorprendieron a las autoridades griegas, que afirmaban horas antes que unos 700 refugiados e inmigrantes seguían bloqueados en Macedonia, y que estaban dispuestas a examinar su readmisión si Skopje se lo pedía.

Según las autoridades griegas, los migrantes recibieron folletos escritos en árabe, en los que se indicaba, con mapas e inscripciones en árabe, la ruta a seguir.

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, denunció la actitud “criminal” de los organizadores de ese intento de entrada a la fuerza en Macedonia, y pidió a los migrantes que abandonen esta ruta hacia el norte de Europa.

“Ayer vivimos una situación inaceptable” en Idomeni, donde hay unas 12.000 personas, cuando varios desconocidos “haciéndose pasar por voluntarios” alentaron a refugiados y migrantes a entrar a la fuerza en Macedonia “arriesgando su vida”, explicó.

La justicia griega ha abierto una investigación, y las primeras sospechas apuntan a activistas pro-refugiados extranjeros, en particular alemanes.