Tras la aprobación del comité de ministos al proyecto de central hidroeléctrica Río Cuervo, diversas organizaciones anunciaron concentraciones en Coyhaique y Puerto Aysén.
“Represa Cuervo es ilegal y lo demostraremos en tribunales ambientales”, es la consigna con que una serie de agrupaciones sociales opositoras a la construcción del proyecto buscan impedir su concreción.
Los reclamantes destacaron los riesgos de construir la central sobre la falla activa Liquiñe-Ofqui, agregando que inundaría un territorio de 13 mil hectáreas, incluso mayor que HidroAysén.
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En un comunicado, los reclamantes acusaron que con el proyecto desaparecerían dos de los más prístinos lagos del país: el Yulton y el Meullín.
El abogado patrocinante de las organizaciones reclamantes, Diego Lillo, acusó que se ha incumplido con el Convenio 169 de la OIT, se ha tramitado de forma irregular con servicios que no se pronunciaron y se han dejado sin evaluación impactos de gran importancia”, destacando que “aún existen organismos independientes donde hace primar la razón y la ley”.
Para el director de Greenpeace Chile, Matías Asún, destacó que el rechazo a la central es transversal: “Estamos hablando de una represa gigantesca que sería construida sobre una falla geológica. Es una pésima idea por donde se la mire”, señaló.
El presidente de Ecosistemas, Juan Pablo Orrego, acusó que las empresas y el gobierno buscan abrir la Patagonia al desarrollo industrial. “Como no pudieron con HidroAysén ahora lo intentan con río Cuervo. Esto, en circunstancias que Chile podría abastecerse en un 100% de energías renovables”.
Una vez conocida la decisión del comité de ministros, los manifestantes congregados en las afueras del Servicio de Evaluación Ambiental en Coyhaique, cortaron el tránsito para luego dirigirse con lienzos y pancartas hasta el frontis de la intendencia regional.