Con una demostración de la inflamabilidad de disfraces, máscaras y otros artículos, el secretario regional ministerial de Salud de la Región Metropolitana, Carlos Aranda, informó el resultado de los análisis realizados a distintos productos, en el Laboratorio Textil de la Universidad de Santiago de Chile (USACH).
Las mercancías testeadas fueron retenidas por la Autoridad Sanitaria, durante la Campaña de Fiscalización por Halloween, efectuada desde el 05 de octubre, debido a su mala rotulación, porque no acreditaban fabricante de origen o tenían inconsistencias en su etiquetado; informaban ser productos aptos para mayores de 18 años, aunque su diseño estaba destinado para niños menores de tres años, incluso. A la fecha se han cursado siete sumarios sanitarios por incumplimiento a la normativa.
“Este 2015 hemos retenido más de 4.750 artículos a empresas que expenden distintos tipos de productos como disfraces, máscaras y serpentinas en spray. Tras esas inspecciones, hemos puesto a prueba muchos de esos elementos para comprobar si son aptos o no para los niños. Los productos que no cumplan con el rotulado y no acrediten su certificación, no podrán ser comercializados ni usados por menores de edad.”, informó el seremi.
Aranda explicó que en las mediciones se pone especial atención a la velocidad de propagación del fuego que se mide en milímetros por segundo. Por norma los disfraces deben presentar una propagación entre 10 y 30 milímetros por segundo, “pero los productos irregulares se queman a una velocidad entre 40 y 50 milímetros por segundo, lo que es un potencial peligro de quemaduras para los niños”, dijo la autoridad.
La Seremi de Salud RM, sometió 20 tipos de disfraces a pruebas de laboratorio, de los cuales aquellos que presentan relleno como: espumas o esponjas, fueron los que presentaron una mayor velocidad de inflamabilidad y el 20 % del total de los disfraces testeados incumplieron la normativa. En cuanto a otros materiales como el tull, la diferencia radica principalmente en la consistencia de la malla, los tulles más gruesos son más seguros que los de trama más delgada, aunque ambos materiales cumplieron satisfactoriamente con la normativa. Los tejidos analizados (tulles, tafetán, terciopelo, velour y raso, entre otros) tienen una composición principalmente de poliéster y poliamida, cumpliendo con los parámetros permitidos. Respecto a las máscaras, se muestrearon 10 tipos, de las cuales las de material de goma blanda incumplieron con la normativa y las máscaras de tipo rígidas cumplieron con los parámetros establecidos, del total de las 10 testeadas. Sólo una incumplió la normativa.
La Seremi solicitó a las empresas fiscalizadas (importadoras, distribuidoras y comercializadoras y mayoristas), documentación para acreditar los análisis de inflamabilidad de sus productos, sin embargo, a la fecha, 21 respondieron el requerimiento. Estas últimas aprobaron en un 100% el ensayo.
Los fiscalizadores de la Seremi de Salud Metropolitana están inspeccionando todos los malls de la capital, sectores tradicionales de venta de juguetes como Barrio Meiggs, Rosas y Recoleta, además de distribuidoras e importadoras, para que cumplan con la normativa vigente.