La segunda fuga de prisión de Joaquín “El Chapo” Guzmán, uno de los mayores capos de la droga del mundo, no sólo ha tenido un impacto aún incalculable en la imagen del gobierno mexicano sino que puede voltear violentamente el tablero del narcotráfico.
De vuelta a su mundo de sombras, “El Chapo” está preparado para intentar recuperar la hegemonía de su cártel de Sinaloa, después de que grandes enemigos cayeran durante su estancia en prisión, advierten especialistas.
En los escasos 17 meses que “El Chapo” pasó en el penal de máxima seguridad de El Altiplano, el gobierno dio otros contundentes golpes con la captura de destacados capos como Servando Gómez “La Tuta”, Omar Treviño “Z-42″ o Héctor Beltrán Leyva “El H”.
La caída de estos líderes atomizó el mapa del narcotráfico mexicano, que se repartían seis cárteles cuando el expresidente Felipe Calderón lanzó en 2006 su combate militar antidrogas desatando una ola de violencia en la que han muerto más de 80.000 personas.
Según dijo el mes pasado Tomás Zerón, jefe de investigaciones de la fiscalía, en México sólo persisten dos cárteles, el de Sinaloa y el pujante Jalisco Nueva Generación, y luego hay centenares de células independientes que pugnan por los mercados locales.
Con la huida de “El Chapo”, “el campo parece estar ampliamente abierto. A diferencia de los años previos a la detención de Guzmán, el cártel de Sinaloa no tiene adversarios de un poder comparable”, estima un análisis del sitio web Insightcrime, especializado en narcotráfico en América Latina.
“La lógica sugiere que este es el momento ideal para que Guzmán reconstruya la hegemonía de su grupo y se abalance sobre zonas donde había perdido su influencia”, señala el informe.
“El Chapo”, que en el pasado salió airoso de sangrientas batallas contra cárteles rivales como el de Juárez y Los Zetas, podría ahora lanzarse por territorios del estratégico estado de Michoacán (oeste) valiéndose del casi desmantelamiento de Los Caballeros Templarios.
También podría asaltar su siempre ansiado corredor del noreste, el más transitado punto de la frontera con Estados Unidos, que nunca pudo arrebatar a los ahora muy fragmentados Los Zetas y cártel del Golfo.
Los obstáculos
A su vez, analistas ven varios obstáculos para el resurgimiento del cártel de Sinaloa, al que expertos estadounidenses han responsabilizado de al menos un 75% de las drogas que cruzan la frontera común.
El primero de los retos es el poder acumulado en los últimos años por sus antiguos aliados de Jalisco Nueva Generación.
Este grupo, liderado por Nemesio Oseguera “El Mencho”, ha tenido una veloz expansión en la costa oeste atribuida en parte al encarcelamiento de “El Chapo”, que muchos vieron como el inicio del declive del cártel de Sinaloa.
Jalisco Nueva Generación era, hasta ahora, la principal amenaza para el gobierno mexicano a raíz de los inéditos ataques que lanzó este año en los que murió una treintena de miembros de las fuerzas de seguridad.
Pero ahora la segunda fuga de “El Chapo” de una cárcel de máxima seguridad -la primera fue en 2001- ha dejado en evidencia internacionalmente al gobierno de Enrique Peña Nieto, por lo que el capo, de 58 años, deberá eludir la cacería lanzada para capturarlo nuevamente.
También el gobierno de Estados Unidos, desde donde se pedía su extradición, ofreció su ayuda para una rápida detención de Guzmán, a quien su veterano socio Ismael “El Mayo” Zambada habría guardado su liderazgo al frente del cártel.
“Un conquistador”
El descaro con el que se fugó Guzmán, que se escabulló por un sofisticado túnel que llegaba hasta su ducha, lleva al exoficial de inteligencia mexicano Dwight Dyer a preguntarse si realmente dejó de operar durante su estancia en El Altiplano.
“La fuga no cambia nada (…) Lo que podría cambiar sería que lo recapturaran y lo extraditaran, pero esto lo veo improbable”, dijo a la AFP este experto en seguridad.
En cambio, el exjefe de operaciones internacionales de la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA) Mike Vigil está convencido de que se vienen tiempos más violentos en México con la permanencia en libertad de Guzmán.
“El Chapo es un conquistador y quiere controlar todo en México en términos de narcotráfico. Y la única manera en que se puede hacer esto es tomando el control de más y más territorio, lo que que va a generar más conflicto”, augura Vigil.