Dos personas murieron este domingo en una explosión durante una manifestación en el este de Ucrania, a unos 200 km de la zona de combate con los rebeldes prorrusos, en un momento en el que ambas partes se habían comprometido a retirar armamento pesado.

La explosión en Jarkov se produjo durante la “marcha por la dignidad” para conmemorar el aniversario del derrocamiento del expresidente Viktor Yanukovich, que dejó el poder tras una revuelta popular prooccidental.  

Al mismo tiempo, las tensiones crecían en la ciudad portuaria de Mariupol, después de que Kiev afirmara que 20 tanques rusos se han desplazado hasta allí.

El fiscal regional, Yuri Danilchenko, declaró a la prensa que uno de los dos fallecidos era un policía. Según el balance 11 personas resultaron heridas, cuatro de ellas policías. 

Un periodista de la AFP vio dos cuerpos en el suelo, separados por una veintena de metros, cubiertos con banderas ucranianas.

La policía estima que se trata de un “atentado terrorista”, indicó el ministerio del Interior en un comunicado publicado en su página web.

El artefacto explosivo, envuelto en una bolsa de plástico que estaba escondido entre la nieve en la avenida Jukov, contenía pedazos de metal, según el fiscal, quien cree que fue activado por control remoto.

El atentado tuvo lugar poco después de las 11H00 GMT frente a una furgoneta estacionada en la avenida Jukov, cerca del palacio de deportes local, según testigos.

“Pensé que era una granada aturdidora, pero a continuación la gente empezó a caer” al suelo, explicó a la AFP Igor Rasoja, uno de los organizadores de la marcha, que se celebró en varios puntos del país, en el primer aniversaio de Maidan, la revuelta prooccidental que propulsó la salida del presidente prorruso Víktor Yanukovich.

La ciudad de Jarkov ha sufrido estos últimos meses una decena de explosiones, considerados como “atentados” y que han dejado varios heridos.
 

Escepticismo sobre tregua

 

Este ataque se produjo en un momento en que el ejército de Ucrania y los rebeldes prorrusos intentaban salvar la tregua pactada, tras el intercambio de prisioneros del sábado, en medio de tensas declaraciones.

Según los rebeldes, el retiro de armas pesadas podría comenzar el martes, tras dos días de preparación, mientras que Kiev insistió en que se suponía que la retirada debía de empezar este domingo sin retrasos. 

Pero la continua violación del alto el fuego que entró en vigor hace una semana, en especial después de que los rebeldes tomaran la ciudad estratégica de Debaltsevo, en el este de Ucrania, sostenía los temores sobre el cumplimiento de la tregua. 

Los acuerdos firmados en la capital bielorrusa, con la participación de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia, preveían un alto el fuego total, la retirada de las armas pesadas del frente, la liberación de prisioneros y negociaciones para una mayor autonomía de las regiones separatistas. 

Estados Unidos y el Reino Unido sopesan imponer “sanciones adicionales” a Rusia, a la que acusan de apoyar a los separatistas, afirmó el sábado el secretario de Estado estadounidense, John Kerry.

Aunque Moscú sigue negando su intervención en Ucrania, la UE y Estados Unidos le han aplicado una serie de sanciones económicas en represalia a su supuesto apoyo a los separatistas. Unas medidas que han perjudicado a la maltrecha economía rusa, golpeada por la caída del precio del petróleo.