El gobierno griego negó este viernes haber renunciado a sus compromisos electorales en su última propuesta a la zona euro sobre la prórroga de su plan de financiación, que será examinada por la tarde en una reunión en Bruselas.
“No hemos dado marcha atrás en lo referente a nuestras líneas rojas” aseguró el portavoz gubernamental Gabriel Sakellaridis, refiriéndose a cuestiones que Atenas considera no negociables, a la cadena de televisión ANT1.
El portavoz se declaró “optimista” sobre la posibilidad de un acuerdo con sus socios europeos durante la reunión por la tarde del Eurogrupo (ministros de finanzas de la zona euro), aunque “no se puede estar seguro”, precisó.
“Si el gobierno hubiera dado un giro de 180 grados, habríamos firmado [un acuerdo] hace diez días” en las dos precedentes reuniones del Eurogrupo, en las que no se logró un compromiso.
El portavoz dijo que la demanda de Grecia de extensión de su financiación europea “no es una demanda de extensión del programa” de rescate, que supone contrapartidas de austeridad, “ni de la evaluación” de sus acreedores (UE, BCE, FMI).
En una carta dirigida el jueves con su propuesta al Eurogrupo, el gobierno de Alexis Tsipras hizo algunas concesiones, entre ellas aceptar la “supervisión” de sus acreedores o comprometerse a evitar “cualquier acción unilateral” que socave sus objetivos presupuestarios.
Varios columnistas de la prensa griega consideraban este viernes que el ejecutivo elegido el 24 de enero ha hecho importantes concesiones respecto a su posición de partida.
“La gente se preocupa” según un columnista del diario de centro-izquierda Ethnos, “siente que el gobierno ha empezado a ceder bajo la presión alemana y tiene la impresión de que esa tendencia irá a más”.