Los casos de dengue diagnosticados en Brasil crecieron un 57,2% en enero con respecto al mismo periodo del año pasado, empujados por la escasez de agua que registran algunos estados y que ha disparado los depósitos caseros, donde los mosquitos encuentran el hábitat idóneo para reproducirse.
De los 40.916 casos de dengue registrados en todo el país el primer mes del año, el 43% se concentraron en el estado de Sao Paulo, que enfrenta una sequía histórica, según datos del ministerio de Salud.
En 2014, el estado más poblado de Brasil concentró el 8% de los 26.017 casos registrados en enero.
En la celebración del Día D contra el Dengue, el ministro de Salud, Arthur Chioro, reconoció este sábado que la crisis hídrica es uno de los factores que pueden explicar este aumento inusual de la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti.
“Es uno de los puntos relevantes, de ahí la necesidad de redoblar las acciones de prevención en los depósitos domésticos de agua”, aseguró Chioro al diario O Estado de Sao Paulo.
La región metropolitana de Sao Paulo y el interior del estado, donde viven 40 millones de personas, enfrentan desde hace meses la reducción de la presión del agua en sus casas, así como cortes de abastecimiento que duran varios días.
Para evitar quedarse sin agua, muchos vecinos están optando por improvisar depósitos en sus casas. Cerca del 70% de los focos del mosquito se encuentran en residencias, según el ministerio de Salud.
“No estamos diciendo que la gente deje de adoptar esa medida, ni culpándoles por el aumento de los casos. Sólo queremos enfatizar la necesidad de cubrir los depósitos”, completó Chioro, quien ya padeció el dengue en dos ocasiones.
Pero este aumento fuera de la época de mayor incidencia, que ocurre entre marzo y mayo, se reflejó en 14 estados. El que registra una mayor proporción de enfermos de dengue es Acre (norte de Brasil), con una tasa de 338 casos por cada 100.000 habitantes, lejos de los 40 de Sao Paulo o los 9,8 de Rio de Janeiro, otro de los estados en alerta por sequía.
Pese al importante aumento de contagios de dengue, las muertes por esta enfermedad que puede causar fiebres altas, potentes dolores musculares e incluso hemorragias en su versión más grave, se redujo un 83,7%, pasando de los 37 enfermos fallecidos en enero de 2014 a los seis del primer mes de 2015.