La tarde de este lunes se aprobó en la Cámara de Diputados el proyecto de inclusión sobre selección, lucro y copago, no obstante no hay nada que celebrar.

Se trata de cambios, si, pero mutaciones ejecutadas de espaldas a la sociedad con un interminable catálogo de excepciones, en una época que lo presume temeroso de las mayorías y cuyo contenido no altera la dirección, sino que profundiza el modelo neoliberal en educación, a saber: Conserva las lógicas mercantiles de financiamiento (vouchers), no toca a la educación privada (están sobre la ley) y permite el lucro mediante las ATE y/o la banca.

¡Píscinazo señor árbitro, piscinazo! En el escenario actual ésta no es sólo una exclamación ad-hoc al período estival, ni una manifestación común frente al ardid futbolero, sino que se erige como la fórmula cuajada para comprender este “cambio”: Disimular y simular.

Disimular: “Esconder astutamente las intenciones”. Esto resulta incuestionable si nos afirmamos en la retórica de la Nueva Mayoría para secuestrar los intereses mayoritarios en educación y procesarlos a la manera de la transición, vaciando su contenido y logrando como resultado su exclusión, no obstante ser travestida en afiebradas declaraciones como las del ministro Eyzaguirre “aquí se acabó un conjunto de bases ilegítimas puestas en dictadura, a espaldas de un pueblo y hoy hemos recuperado la tradición histórica de Chile y las mejores prácticas del resto del mundo”, las cuales se desvanecen con sólo un botón de muestra: El copago fue instaurado el año 1993 durante el gobierno de Patricio Aylwin Azócar.

Simular: “Representar algo, fingiendo o imitando lo que no es”. Este proyecto ,sin duda, cumple cabalmente con lo expuesto. Es un piscinazo y el señor árbitro ha de ser la sociedad en su conjunto, no los oportunistas que sólo pretenden mantener su negocio privilegiado, sino los que enarbolamos movilizados la demanda por una educación concebida realmente como un derecho.

En definitiva, este proyecto no es por lo que hemos marchado durante tanto tiempo, tampoco es por lo que nuestros compañeros, compañeras y sus familias se han sacrificado denodadamente. Este proyecto de ley está lejos de representar el malestar generalizado, pero muy cerca de satisfacer los intereses minoritarios de las élites, por ello es que la movilización se hace imprescindible y la decisión ineludible: ¿De qué lado se está? Con la sociedad y sus derechos o con el mercado, eso es estar a la altura.

Octavio Abello S
Presidente FEUCSC

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