Un joven palestino murió el martes por disparos de soldados israelíes en las afueras de una colonia en la Cisjordania ocupada, durante enfrentamientos que hacen temer una escalada de la violencia.
En Israel las medidas de seguridad, que ya eran draconianas, fueron reforzadas tras dos nuevos atentados protagonizados individualmente por palestinos que han causado gran alarma.
Según fuentes de seguridad y médicos palestinos, el joven palestino de 22 años, identificado como Imad Jawabreh, falleció producto de los disparos, cerca de Hebrón. Y según informó el ejército, el hecho ocurrió cuando los soldados israelíes intentaban dispersar a 150 palestinos que lanzaban piedras y cócteles molotov contra vehículos en una carretera, a poca distancia de la colonia de Kiryat Arba.
Un portavoz indicó que el ejército israelí desplegó más tropas. Según un conteo de AFP, al menos 17 palestinos han muerto en Cisjordania en choques con los soldados israelíes desde junio, según un conteo de la AFP.
El lunes, un palestino mató a una israelí de 25 años e hirió a otros dos colonos a cuchilladas en una parada de autobús. Ese mismo día otro palestino de 17 años acuchilló mortalmente a un soldado israelí de 20 años en Tel Aviv.
Estado de alerta “avanzado”
Desde finales de octubre, cuatro personas murieron en dos ataques perpetrados con coches conducidos por palestinos, que embistieron indiscriminadamente a grupos de peatones.
“La policía está en estado de alerta avanzada” indicó una portavoz, Luba Samri. Eso implica que “miles de policías, oficiales y voluntarios han sido desplegados en todo el país”, explicó.
El sentimiento de inseguridad ha crecido, “si esta locura no se acaba ahora, vamos a hallarnos en el mismo punto que durante los días sombríos de la segunda Intifada”, entre 2000 y 2005, escribió el diario Yedioth Ahronoth.
“Notamos de nuevo ese sentimiento opresivo de amenaza a la seguridad física y todo el mundo empieza a preguntarse ¿hago bien en ir en coche a Jerusalén? ¿hago bien en tomar el autobús?” escribe el periodista Alex Fishman en el periódico, uno de los más vendidos de Israel.
“Está claro que estamos asistiendo a una escalada” advirtió el ministro de Defensa, Moshe Yaalon, “pero ¿cómo describirla? Vamos a ver”.
La violencia se ha extendido también a las ciudades árabes del norte del Israel, donde durante el fin se semana la policía mató a un árabe israelí durante un arresto, cuyos detalles han provocado una gran indignación en los territorios palestinos. Pues, según un video de seguridad, el joven no presentaba ningún peligro cuando fue abatido.
Mientras tanto el proceso de paz sigue en punto muerto y tampoco avanza la anunciada reconciliación entre los dos principales movimientos palestinos, el Fatah del presidente palestino Mahmud Abas y Hamas, que controla la Franja de Gaza.
Este martes Abas acusó a Hamas de “sabotear” y “destruir” la reconciliación palestina después de varias explosiones contra bienes de su partido en la Franja.
Temor a una nueva Intifada
Durante la madrugada del martes la policía detuvo a cinco personas en el pueblo beduino de Hura, en el sur de Israel, por lanzar piedras a un coche de la policía. Una de las detenidas llevaba un fusil M16.
“Es muy urgente que las partes tomen todas las medidas posibles para proteger a los civiles y frenar la escalada”, dijo Jen Psaki, la portavoz del departamento de Estado norteamericano.
La violencia en Jerusalén Este, el principal foco de tensiones, empezó hace cuatro meses cuando un adolescente palestino murió asesinado por extremistas judíos.
También ha acrecentado la tensión la campaña de los extremistas judíos que piden poder rezar en la Explanada de las Mezquitas, un lugar santo del islam también venerado por los judíos.