El balance de la epidemia de ébola en África del Oeste se acercaba este miércoles a unas 4.900 personas muertas entre los 10.000 casos de infección registrados, en un contexto de refuerzo de los dispositivos de precaución y de la movilización internacional.
A falta de una perspectiva de mejora de la situación en los tres países más afectados -Liberia, Sierra Leona y Guinea- y a pesar de los avances en la investigación para hallar una vacuna, las tensiones entre la población y las autoridades a causa del ébola degeneraron en enfrentamientos mortales en el este de Sierra Leona, región en cuarentena desde agosto.
Asimismo, aunque el riesgo de contagio a nivel mundial disminuía, los dispositivos de precaución se reforzaban tanto en los países afectados como en los que tienen conexiones de transporte con estos, como Estados Unidos, donde las autoridades sanitarias anunciaron que vigilarían de cerca durante 21 días a los viajeros procedentes de África del Oeste.
Y el aeropuerto internacional de Liberia ha conectado sus bases de datos con las listas de los allegados de los enfermos con el objetivo de prohibirles el embarque, incluso si no presentan los síntomas de la enfermedad y no son contagiosos, indicó a la AFP Binyah Kessely, presidente del consejo de administración de la Autoridad Aeroportuaria liberiana.
“Queremos evitar vernos en un compromiso cada vez que alguien abandona Liberia para ir a contagiar otro país”, explicó Kessely en referencia a dos ciudadanos liberianos, que introdujeron el virus en Nigeria en julio y en Estados Unidos en septiembre antes de morir.
Al mismo tiempo, las investigaciones sobre una eventual vacuna se intensifican. Los Institutos Naciones de Salud (NIH) de Estados Unidos anunciaron haber iniciado un ensayo clínico en 39 adultos de una vacuna experimental canadiense, cuyos primeros lotes se entregaron a Suiza para que la Organización Mundial de la Salud (OMS) haga pruebas.
Sin embargo, el tiempo apremia. El virus del Ébola mató a al menos 4.877 personas de los 9.936 casos registrados, según el último balance publicado por la OMS el miércoles.
Falta de camas
En Sierra Leona, los enfrentamientos en el este del país, epicentro original de la epidemia, dejaron dos muertos y una decena de heridos, entre ellos, miembros de las fuerzas de seguridad.
Los disturbios estallaron el martes en la ciudad minera de Koidu (este), cuando un grupo de jóvenes, machete en mano, se opuso a la extracción de sangre a una mujer de 90 años, madre de uno de sus jefes. Esta mujer, considerada como un caso sospechoso de ébola, finalmente falleció por problemas de hipertensión.
En el vecino Liberia, el país más afectado, la OMS consideró que el número de casos registrados está por debajo del número real, en especial en Monrovia, si bien la disminución de casos parece imponerse en la provincia de Lofa (norte), donde aparecieron los primeros enfermos en febrero.
A pesar del aumento de medios en los tres países, la OMS destaca que sólo está disponible el 25% de las 4.700 camas necesarias para conseguir el objetivo de Naciones Unidas de aislar el 70% de los pacientes antes del 1 de diciembre.
La OMS subraya asimismo la falta de personal médico extranjero para hacer funcionar los centros de tratamiento, al estimar que los refuerzos previstos responden a las necesidades de 30 de los 50 establecimientos.
En este sentido, Cuba desplegó un nuevo contingente de 83 médicos y enfermeros en Liberia y Guinea, con lo que suman 256 trabajadores sanitarios cubanos que ahora luchan contra el ébola en África.
El virus del Ébola tiene especial incidencia en el personal médico. La OMS registró un total de 443 casos, de los cuales 244 mortales.
En Guinea, las autoridades anunciaron el pago de 10.000 dólares (más de 7.800 euros) a la familia de cada trabajador sanitario muerto a consecuencia del ébola, gracias al apoyo financiero de la comunidad internacional.
En España, Teresa Romero, auxiliar de enfermería convertida en la primera persona contagiada de ébola fuera de África, logró superar la enfermedad, informaron el martes sus médicos.