La policía hongkonesa desmanteló un improvisado compamento de los manifestantes prodemocracia en el barrio densamente poblado de Mongkok, en la parte continental de Hong Kong, y retiró barricadas y tiendas sin encontrar resistencia, constató la AFP.
Este campamento de Mongkok, que se encontraba prácticamente vacío en el momento de intervenir la policía, fue escenario de violentos choques entre manifestantes y adversarios, molestos tras casi tres semanas de manifestaciones masivas.
La policía había advertido de que este punto era el siguiente de la lista, tras los desmantelamientos de las barricadas situadas en la isla principal, en Admiralty, cerca de la sede del poder, y en Causeway Bay, barrio muy comercial de la ex colonia británica apreciado por los chinos.
El funcionamiento Hong Kong, uno de los centros del capitalismo financiero internacional considerado un remanso de estabilidad, está seriamente perturbado, como la vida de sus siete millones de habitantes.
Los contestatarios se ganaron primero las simpatías del público, pero los embotellamientos, la congestión de los transportes, el cierre de escuelas y comercios acabaron cansando.
Los manifestantes rechazan la tutela china, exigen la dimisión del jefe del ejecutivo local, Leung Cheun-ying, y poder elegir libremente a su sucesor en 2017. El Partido Comunista chino (PCC), que teme un contagio reivindicativo en su territorio, quiere controlar el proceso electoral.