La ministra de Salud, Helia Molina, junto al subsecretario de Salud Pública, Jaime Burrows, informaron este domingo que se adoptó la decisión de tratar como un caso sospechoso al paciente chileno que ingresó al servicio de Urgencia del Hospital Barros Luco con sintomatología febril.

“Hemos definido que es un probable caso sospechoso”, afirmó la ministra, dados los traslados del paciente por un continente donde hay antecedentes de países con ébola, y “por motivos de seguridad se decidió activar los protocolos establecidos en el Reglamento Sanitario Internacional”.

La secretaria de Estado explicó que “se tomó la determinación de aislarlo y seguir con el protocolo de observación de un probable contacto o de un probable sospechoso de ébola, a fin de proteger al máximo a nuestros compatriotas, a todos los ciudadanos y a todas las personas”.

El paciente fue trasladado al Hospital Lucio Córdova, centro asistencial especializado en el control y tratamiento de enfermedades infecciosas. Consultada por el riesgo de contagio con otros pacientes y funcionarios del establecimiento, la ministra señaló que “el hospital es un recinto de enfermos infecciosos y que sabe cómo trabajar con pacientes altamente contagiosos”.

El ébola es una enfermedad contagiosa y se transmite por contacto directo de fluidos, y no por vía respiratoria. Su contagio se produce sólo cuando se desencadena la enfermedad y no durante el período de incubación, recordó Molina. “Por lo tanto, el hecho que entre al hospital un paciente con ébola, no significa para nada que todos los que estaban en la sala de espera, alrededor o en las casas aledañas, tengan algún riesgo”, sostuvo.

La autoridad concluyó que los protocolos existen y que el ministerio posee una gran fortaleza en esta materia, tal como quedó demostrado en el manejo de otros problemas de salud como el cólera y la pandemia AH1N1.