Autoridades retomaron este lunes la negociaciones con los presos de una cárcel de la ciudad de Cascavel, en el estado de Paraná (sur de Brasil), para poner fin a un motín iniciado el domingo que dejó cuatro reos muertos y mantiene a dos agentes de rehenes.
“Las negociaciones se retomaron esta mañana. Hay acuerdos avanzados y esperamos que durante el día el tema se solucione”, dijo Elson Faxina, asesor de comunicaciones de la Secretaría de Justicia de Paraná, a la agencia AFP. El diálogo con los presos había sido suspendido la noche del domingo.
Agregó que “la información que tenemos es de 4 presos muertos y de dos agentes de rehenes”.
Cabe recordar que la mañana del domingo un grupo de presos aprovechó la entrega del desayuno para reducir a los agentes e iniciar una revuelta en esta cárcel que cuenta con 1.140 presos y tiene capacidad para 1.181, según información oficial. La cárcel está tomada por los amotinados en un 60% y la policía controla el resto, dijeron las autoridades.
Representantes de los agentes penitenciarios aseguran que al momento de los hechos sólo había 10 guardias de turno.
“Para nosotros la situación es tensa ahora, pero esperamos que se resuelva. Esa cárcel necesita inversión. La capacidad fue ampliada sólo en un papel, porque originalmente era sólo para 900 presos, así que hay hacinamiento”, comentó a la agencia AFP Anthony Johnson, presidente del Sindicato de Agentes Penitenciarios de Paraná.
Dos decapitados
De acuerdo a las autoridades, el domingo, durante la revuelta, dos prisioneros fueron decapitados y otros dos lanzados desde los techos de los pabellones por los reos amotinados.
“Un grupo de detenidos se rebeló durante el desayuno y tomaron de rehenes a dos agentes. Luego decapitaron a dos presos”, dijo el domingo Miguel Llanela, agente de la policía civil asignado a la prisión de Cascavel.
Representantes de los agentes penitenciarios informaron que los rebelados reclaman por mejoras en infraestructura, dado que es un recinto antiguo, además de flexibilización del régimen de visitas e ingreso de alimentos.
No obstante, el hecho de que haya habido presos muertos, hace pensar a las autoridades en la posibilidad de un enfrentamiento de cuadrillas de narcotraficantes rivales disputando liderazgo.
Unos 77 presos fueron trasladados a otra cárcel porque eran amenazados por los amotinados, según información de prensa.
Poco personal, pocos recursos
De acuerdo con el sindicato de trabajadores penitenciarios de Paraná, debido a la falta de inversión en el sistema de cárceles no hay profesionales, ni operacionales ni técnicos, tampoco mantenimiento de las unidades en este establecimiento.
“Muchas veces los trabajadores tienen que invertir de su dinero para comprar algunos elementos necesarios para su trabajo”, dijo el sindicato en un comunicado este domingo.
“Sin inversiones siempre estaremos expuestos a esto. El preso reclama que la comida es mala, que no hay abogados para que su proceso ande, no hay materiales mínimos de higiene, pocos agentes penitenciarios. Todos esos factores juntos son una tragedia anunciada”, precisó.
En Brasil hay actualmente 548.000 presos y hacen falta 207.000 plazas suplementarias para evitar el hacinamiento, según la ONG de derechos humanos Conectas, que trabaja en el tema carcelario.