Más de 500 colegios municipales y particulares subvencionados de la región del Bío Bío fueron fiscalizados por la Superintendencia de Educación, y esta vez la infraestructura deportiva fue puesta a prueba.

Algunas de las exigencias tienen que ver, por ejemplo, con los arcos de fútbol, que tienen que estar anclados al suelo para evitar accidentes, la instalación de la señalética correspondiente y el piso, que debe que estar en óptimas condiciones.

En la región, el 91% de los establecimientos que fueron inspeccionados cumplieron con los requisitos. No ocurrió lo mismo en 52 colegios donde se detectaron irregularidades, así lo informó el director regional de la Superintendencia de Educación, Dalton Campos.

Los protocolos de seguridad de cada colegio también fueron revisados por la institución, ítem en que los resultados fueron mejores, ya que más del 95% de los establecimientos educacionales de la zona están preparados para actuar ante un accidente.