Standard & Poor’s declaró a Argentina en “default selectivo” este miércoles, al vencer el plazo final para que Buenos Aires hiciera un pago por 539 millones de dólares a acreedores que poseen bonos reestructurados.
El dinero fue enviado por Argentina a Nueva York pero el pago fue bloqueado por un juez que falló a favor de fondos especulativos que reclaman al país el pago de deuda en mora desde 2001.
El anuncio se produjo cuando aún no habían terminado las conversaciones en Nueva York entre el gobierno argentino y los fondos que reclaman 1.330 millones de dólares.
Se trata del segundo default de Argentina en 13 años tras la mayor moratoria de la Historia declarada en 2001 y de la que forman parte los bonos en mora en poder de los fondos especulativos.
Buenos Aires los denomina “fondos buitres” porque compraron la deuda ya en default.
La nota de la deuda soberana argentina pasó de CCC-, categoría especulativa, a SD (“Selective default” en inglés) indicó la agencia en un comunicado publicado este miércoles. Eso significa que Argentina sigue honrando parte de su deuda e incumplió en pagos de bonos específicos.
El martes, la comitiva argentina liderada por el ministro de Economía, Axel Kicillof, negoció durante doce horas con el mediador Dan Pollack y, por primera vez, con representantes de los fondos querellantes NML Capital y Aurelius.
Con el vencimiento a punto de expirar, un grupo de tenedores de títulos reestructurados pidieron el martes al juez del caso, Thomas Griesa, que suspendiera hasta 2015 su sentencia para permitir una salida negociada en el caso.
Argentina no puede pagar a los fondos especulativos el 100% de sus acreencias sin activar una cláusula de los acuerdos de canje de 2005 y 2010 que determina que debe equiparar los pagos a todos los acreedores. Los tenedores que ingresaron a los canjes aceptaron quitas de hasta 70%.
- Movida de bancos argentinos -
Una clave en el avance de las negociaciones en las últimas horas parecía ser la participación de bancos privados argentinos a través de una compleja triangulación para comprar los bonos en poder de los litigantes y recibir luego títulos nuevos en dólares del gobierno, sin intervención estatal y evitando la aplicación de la cláusula de equiparación, llamada RUFO en inglés, según la prensa de Buenos Aires.
La propuesta estaría sobre la mesa en Nueva York este miércoles, de acuerdo con el diario Ámbito Financiero.
Los bancos habrían ofrecido también aportar una garantía de 250 millones de dólares como otra forma de destrabar las negociaciones.
Argentina ha reiterado que restablecer la medida cautelar que suspendió provisoriamente la sentencia para que no entre en vigencia hasta fin de año, abriría el camino a un acuerdo. Esa decisión, de resorte del juez, le permitiría continuar cancelando pagos de la deuda reestructurada en canjes que fueron aceptados por el 92,4% de los tenedores de bonos.
El lunes Griesa autorizó al banco Citibank un pago de bonos argentinos reestructurados emitidos bajo legislación del país sudamericano, tras considerar por única vez que no podían ser incluidos en su sentencia.
En medio de la pulseada con los fondos, el gobierno de Kirchner concretó el lunes el primer pago de 642 millones de dólares al Club de París como parte del acuerdo alcanzado en mayo con la entidad que reúne a acreedores.
- Consecuencias de un default -
Este es el segundo default de Argentina en trece años, luego de que en 2001 el gobierno suspendiera el pago de 100.000 millones de dólares, equivalentes a 166% de su PIB. La diferencia es que en aquella oportunidad, fue el país el que declaró la moratoria.
“Argentina ha estado fuera de los mercados financieros por mucho tiempo y aunque el default siempre es lamentable no creemos que tenga mayores consecuencias sustantivas fuera” del país, estimó el martes la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.
A pesar de que el gobierno argentino insiste en que “no pasará nada” por tratarse de situaciones diferentes, los expertos vaticinan una serie de consecuencias negativas para la alicaída economía del país, entre ellas más devaluación e inflación, marginación de los mercados de capitales y recesión si hay default.