Una nueva lista estremece a las industrias del trabajo por las consecuencias que puede acarrear laborar en ellas. La mayoría de éstos puestos son los que lidian con clientes o público en general, llegando a ser los más peligrosos para la salud mental.
Para los estadounidenses la depresión podría ser considerada como la enfermedad más común. De hecho, se estima que un 17% de sus habitantes tuvieron, tienen o tendrán un cuadro depresivo, como consigna el medio especializado en salud Medical Daily.
Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CCPE), 1 de 10 personas en el país sufren de depresión, incluso en grados mayores a los conocidos, y quienes son más propensos para sufrirlas son personas entre 45 y 64 años, en especial mujeres y también los que no tienen educación media completa. Los que no encuentran empleo o no tienen un lugar seguro para trabajar, divorciados y sin sistema previsional también cuentan con un alto riesgo de sufrir depresión, añade el CCPE.
El psiquiatra de la Universidad de Cincinnati, Lawson Wulsin, y un equipo de investigadores estudiaron la frecuencia con la que los estadounidenses viven estos episodios según los diferentes rubros a los que se dedican.
El Top 10
10) Publicaciones y editoriales – 12,43%
9) Corredores de seguros y otros productos – 12.60%
8) Organizaciones con afiliados – 13.28%
7) Calidad ambiental y de vivienda – 13.42%
6) Servicios legales – 13,44%
5) Servicios personales – 14,25%
4) Industrias manufactureras – 14.25%
3) Trabajo social – 14.60%
2) Inmobiliarias – 15.65%
1) Transporte de pasajeros interurbano – 16,19%
Las industrias cuyas tasas de depresión son más altas, señala Wulsin y su equipo, tienen algo en común. Y es que éstas son las que más interacción tienen con clientes, debiendo actuar de alguna manera como la cara visible de la empresa, lidiando con un público que quiere respuestas a sus dudas. Sintiéndose, al mismo tiempo, con estrés y sin la posibilidad de realizar un buen rendimiento físico.
A pesar de que los investigadores reconocen que su recolección de datos es limitada ya que se centró en un sector especifico de Estados Unidos, asumen que este es un paso que podría “predisponer a las personas a realizarse diagnósticos de depresión”, lo que permitiría que los sistemas de salud respondieran de manera eficaz a los problemas de las personas. Esto gracias a que sería más fácil integrarse a nuevos puestos de trabajo o no sufrir durante la búsqueda de uno.