El diputado madrileño Pedro Sánchez, que fue la gran sorpresa en la carrera por la secretaría general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), se ha hecho con el liderazgo del principal partido de la oposición con la misión de renovarlo y volver a conectar con la sociedad.

Con el 97,6% de los votos escrutados, Sánchez, un profesor de economía de 42 años, se impuso con el 49% de los sufragios a sus rivales, el profesor universitario José Antonio Pérez Tapias, que obtenía el 15% de los votos, y el diputado Eduardo Madina, que recogía el 36% de los sufragios de los 197.000 militantes llamados a las urnas.

Tras ser proclamado vencedor, Sánchez se dirigió a los militantes socialistas reunidos en la sede central en Madrid para asegurar que “vamos a renovar el partido” para recuperar la confianza del electorado, después que el PSOE pasara de 11 millones de votos en las elecciones generales de 2008 a cerca de 3,6 millones de sufragios en las elecciones europeas de mayo pasado.

La crisis económica, el paro y la corrupción pasaron factura tanto a socialistas como al gobernante Partido Popular (PP, derecha), pero los primeros sufrieron también la competencia de partidos como Podemos, formación de izquierda radical salida de los indignados que fue la gran sorpresa en las europeas.

Por eso Sánchez insistió en que “vamos a proteger al más débil, unir a España (en referencia a las tensiones independentistas que se viven en la región nororiental de Cataluña, ndlr) y tener una voz clara en Europa, una Europa que tiene que ser distinta de la que están construyendo los conservadores”.

“Sólo el PSOE puede liderar un proyecto progresista que no caiga en el populismo y la demagogia”, insistió en clara alusión a Podemos, asegurando que “vamos a ser implacables contra la corrupción”, una de las principales preocupaciones de los españoles, según diversos sondeos.

Este domingo “empieza el principio del fin de Mariano Rajoy” al frente del gobierno de España, auguró Sánchez, que se ha convertido en el primer secretario general socialista en ser elegido directamente por los militantes del partido.

Renovación

Tanto Madina, que muchos veían como la continuidad, como Pérez Tapias, partidario de un giro radical a la izquierda, recurrieron a la red social twitter para felicitar públicamente al ganador.

El nuevo líder del partido, que contaba con el apoyo de los socialistas de la región de Andalucía, principal bastión de la formación, se impuso en esta y otras once regiones.

Ahora, su elección deberá ser ratificada en el Congreso extraordinario del partido el 26 y 27 de julio en Madrid, aunque el secretario general saliente, Alfredo Pérez Rubalcaba, dejó entrever que será un puro trámite obligado por los estatutos de la formación.

Con la elección de Sánchez, los socialistas esperan empezar a sanar la herida dejada por la debacle en las elecciones europeas, que llevó a la dimisión de Rubalcaba como secretario general, tras sufrir también una derrota en las generales de 2011 frente al PP, marcando el fin de una época para la formación.

“Los militantes socialistas eligen hoy al secretario general que deberá afrontar la etapa más difícil del partido desde el XXVIII Congreso en que se abandonó el marxismo (en 1979)”, había afirmado el director del diario de centro-derecha El Mundo, Casimiro García-Abadillo, en una columna.

Ministro y portavoz en los gobiernos de Felipe González (1982-1996) y de José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011), el veterano Rubalcaba reconocía que su sucesor “tiene una tarea enorme por delante” para llevar a cabo una “renovación profunda” del partido.

“El futuro del partido yo lo veo bien, fenomenal, lo veo con candidatos jóvenes, es lo que necesitamos, candidatos jóvenes, gente con otras ideas políticas. No podemos vivir del recuerdo. Tenemos que vivir del presente y del futuro”, decía Pedro Sánchez, un jardinero de 57 años al depositar su voto.

El futuro son las elecciones generales del próximo año para las cuales, los socialistas elegirán a su candidato en unas primarias abiertas, en las que Sánchez ya ha dejado entrever que se postulará.