El próximo sábado 28 de junio, a las 12:00 horas, Galería de Arte Mundo Sur presentará la exposición “Citypolis… o sobre la belleza del salvaje caos urbano…” del dibujante y arquitecto nacional Marcelo Cornejo.
La muestra está conformada por una serie de dibujos considerados como parte de su trabajo desarrollado desde el 2010 hasta la fecha, donde por medio de este, la invención arquitectónica adquiere las libertades que en el ámbito profesional quedan supeditadas a la realidad práctica de los proyectos, la lógica material y gravitacional de lo exacto y replicable. De esta forma, el hambre creativa busca satisfacer su necesidad de exteriorizarse y de dar imagen a la idea onírica que nace desde la arquitectura misma.
El dibujo se convierte en la expresión viva del artista, quien desarrolla sus preferencias más íntimas sobre la base de su labor como arquitecto. La memoria de Marcelo nace con el dibujo, con la imagen de estar sentado en una mesa gigante siendo niño y dibujando algún invento infantil, o los cuentos y caricaturas de su etapa escolar o los croquis y rayados que luchaban por convertirse en algo más durante su etapa de estudiante de arquitectura de la Universidad Católica, de manera de poder transmitir ideas por medio de su desempeño profesional como arquitecto.
Las ilustraciones muchas veces se convierten en una herramienta para liberar y plasmar pensamientos, contar historias para jugar con la crítica y la ironía con que las formas establecidas hablan y representan a la sociedad. Esto es parte de lo que refleja la exposición de Cornejo, enfocándose, especialmente, en cómo la excesiva arquitecturización puede transformarse en un nuevo paisaje entre lo caótico y lo armónico, pero observada desde el punto de la liberación de la misma esquematización.
“Citypolis…” puede considerarse como una nueva especie de naturaleza re-intervenida por el hombre, que expresa su dinámica en cada trazo. No es entonces una crítica a lo urbano, sino un juego de imágenes donde la percepción del observador tiene la libertad de completar la idea y de disfrutar la historia que cada dibujo esconde y exhibe. El proceso de la crítica es otorgada en plenitud al espectador para que pueda sacar sus propias conclusiones.
Como técnica, el dibujo no busca perder la simpleza de la línea, del lleno y el vacío, de la figura. Los colores son ambientaciones que dan atmósfera a la pieza en sí misma, los que poco a poco, y en la especial velocidad de aprendizaje del arquitecto se van transformando.
Esta habilidad también está ligada a la posibilidad con que sus dibujos van naciendo, buscando espacios entre una actividad familiar, profesional y académica casi constante, pero en la necesidad más íntima, casi de vida, de liberar en sus trazos las historias que en su imaginario se tejen y forman constantemente.