La Suprema Corte de Estados Unidos impuso este lunes una pesada derrota a Argentina, al confirmar una condena de un tribunal inferior que obliga al país a pagar títulos en default desde 2001 en manos de un grupo de fondos especulativos.
Argentina había presentado una apelación ante la Suprema Corte, y los jueces del máximo tribunal estadounidense señalaron que el pedido fue “negado”.
La decisión generó un escenario de incertidumbre en Argentina, donde rápidamente la bolsa de valores se situó en fuerte baja de 6% al tiempo que en el mercado cambiario el dólar informal ganaba terreno con relación al peso oficial.
Al rechazar la apelación, la corte ratificó una condena adoptada por un tribunal de Nueva York en favor de los fondos especulativos NML Capital y Aurelius, que se negaron a sumarse a las reestructuraciones de la deuda soberana argentina de 2005 y 2010.
De los nueve miembros del tribunal, siete se manifestaron por rechazar el pedido argentino, con un voto contrario. La jueza Sonia Sotomayor no participó de la decisión.
Argentina podría solicitar a la propia Suprema Corte una reconsideración de la decisión, pero la opinión generalizada de los expertos es que apenas serviría para ganar algo de tiempo. El país dispone de un plazo de 25 días para iniciar ese trámite.
Otra posibilidad para Argentina sería retornar al tribunal del 2º Circuito de Nueva York donde fue condenada inicialmente, e iniciar algún tipo de negociación con los fondos especulativos.
- Comportamiento legítimo y ventajoso -
Para Eric LeCompte, director de la ONG JubileeUSA, la decisión de la Suprema Corte estadounidense dejó “muchos más perdedores que ganadores”.
“Lamentablemente, la Suprema Corte dijo al mundo financiero que este tipo de conducta pasa a ser considerada legítima, y que además es más ventajosa económicamente. Esto mina por completo la forma en que el sistema financiero actúa en reestructuraciones de deuda soberana”, dijo LeCompte a la AFP.
En la visión de este experto, “el grupo de más de 92% de los tenedores de bonos argentinos que aceptaron renegociar la deuda, son los grandes perdedores; hay legítimos inversionistas de Wall Street que este lunes se convirtieron en perdedores”.
En tanto, para Anna Gelpern, de la Escuela de Derecho de Georgetown, “en términos reales, este es el fin del camino” para el caso, y Argentina ahora debería tener por delante “apenas semanas, o algunos días” para iniciar los pagos.
- Un solitario voto en contra -
La Corte rechazó dos argumentos centrales presentados por Argentina.
El primero se refería al cuestionamiento de la orden de pagar integramente los bonos en manos de estos grupos especulativos, pero abonar menos a la mayoría de los inversionistas que se sumaron a la reestructuración de la deuda.
La segunda consulta se cuestionaba si Argentina disfrutaba de la protección la ley estadounidense en caso de que los acreedores requieran información sobre sus activos soberanos.
Ante la primera cuestión, la Suprema Corte no ofreció comentarios, dejando a Argentina sin otra salida que pagar a los fondos o iniciar negociaciones.
Con relación a la segunda cuestión, la corte decidió que la ley estadounidense de inmunidad a activos soberanos extranjeros no protege a los países de listar sus activos, y mantuvo que la captura o embargo de esos activos es una cuestión diferente.
Fue este aspecto de la decisión que llevó a la jueza Ruth Ginsburg a expresar su desacuerdo con la decisión mayoritaria de sus pares.
“Expreso mi desacuerdo con el examen exhaustivo de los activos globales de Argentina, que la Corte ha aprobado este día de forma exorbitante”, expresó la decana del tribunal.
El gobierno argentino no ha emitido una reacción oficial a este fallo favorable a los fondos a los que llama “buitres” porque compraron la deuda ya en default. La presidente Cristina Kirchner hablará en cadena nacional a las 21H00 locales (00H00 GMT).