Legisladores republicanos criticaron este jueves al presidente Barack Obama, por los recientes avances militares de los yihadistas en Irak frente al ejército de ese país, y denunciaron como precipitada la retirada de la milicia estadounidense en diciembre de 2011.
Los combatientes yihadistas avanzaron este jueves hacia Bagdad, la capital iraquí, después de apoderarse de vastos territorios del noroeste de Irak, como la segunda ciudad del país, Mosul.
“El hecho de que la administración Obama no haya negociado Sofa (estatuto jurídico de las tropas estadounidenses en Irak) continúa teniendo consecuencias graves para Irak y los intereses estadounidenses en la región”, dijo John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes.
“El fracaso de la política estadounidense en Siria, Libia y Egipto y la ausencia de estrategia a largo plazo para Oriente Medio tienen un impacto directo en la situación en Irak”, añadió.
Los “terroristas” están “a 100 millas (160 kilómetros) de Bagdad. ¿Y qué hace el presidente? Se echa la siesta”, dijo Boehner, quien clamó por un aumento de la asistencia técnica, pero reservándose su opinión sobre la conveniencia de realizar ataques aéreos estadounidenses.
Algunos parlamentarios presionaron a Obama para autorizar los ataques aéreos como apoyo al ejército iraquí.
“¿Podría evitarse esto? La respuesta es absolutamente sí”, dijo por su parte el senador John McCain. “Es necesario un giro espectacular de la situación antes de que la región se convierta en el lugar donde se orquestan los ataques contra Estados Unidos”, advirtió.
“El poder de la fuerza aérea estadounidense es la única esperanza para cambiar la ecuación militar en Irak”, señaló el senador Lindsey Graham, que pertenece al ala intervencionista del partido republicano. “El próximo 11 de septiembre se está preparando mientras hablo”, aseguró.