Una manifiesta disconformidad se ve en los cerros, a horas de la primera lluvia intensa en Valparaíso con unos 130 milímetros de agua caída. Y es que esta situación dejó al descubierto que las viviendas de emergencia no poseen la calidad para impedir la filtración de agua al interior.
Familias completas, hacinadas, replican la falta de agua, la que se ha hecho escasa, más aún, con la cantidad de barro y, a su vez, la necesidad de lavar más frecuentemente la ropa. Una vivienda del sector de Cuesta Colorada, levantada en una zona de riesgo de inundación, colapsó completamente.
Ocho personas, entre ellos, cinco menores, deben soportar las duras condiciones que se han dado, en las últimas noches, con lluvia, viento y frío, en la vivienda 10 A de la Calle Santa Teresita, del Cerro Ramaditas en el sector Cuesta Colorada, lugar afectado por el incendio de la noche del 13 de abril, en Valparaíso.
Hermelinda Herrera, una de las afectadas, contó que incluso duermen vestidos, por el temor de verse en la obligación de salir, a media noche, de las frágiles construcciones de emergencia.
Ella está a cargo de cinco de sus nietos. No tienen cómo pasar las horas, en una pobreza y abandono, que los tiene sumidos en la tristeza.
Marjorie Riquelme, propietaria de la casa 13 de la misma calle, ve con impotencia como muebles, cocina y su nuevo refrigerador obsequiado por personas generosas, se están deteriorando por la inundación.
El camión municipal que abastece de agua, hace más de semana y media que no pasa, y los habitantes del Cerro Ramaditas ruegan que se les escuche. De haber más precipitaciones, el deslizamiento de terrenos y muros pone nuevamente en riesgo la integridad de personas que ya sufrieron con el incendio.