Cerca del 70% de los estadounidenses están infectados con alguna cepa del virus del papiloma humano (VPH), de las que sólo un ínfimo número son responsables del desarrollo de algún tipo de cáncer, sostiene un estudio difundido este martes.
Los investigadores detectaron 109 cepas de este virus, de las 148 conocidas, en muestras de tejidos provenientes de la piel, la vagina, la cavidad bucal y los intestinos de adultos en buen estado de salud, según trabajos presentados en la conferencia de la American Society for Microbiology, reunida en Boston (Massachusetts, noreste).
Sólo cuatro de los 103 hombres y mujeres cuyo ADN fue hecho público en los bancos de datos del gobierno federal presentaban uno de los dos tipos de VPH conocidos por causar la mayor parte del cáncer del cuello de útero, de garganta y también verrugas genitales.
“La fauna microbiana de los VPH en las personas en buena salud es sorprendentemente más vasta y compleja que lo que pensábamos”, subrayó Yingfei Ma, investigadora en la facultad de medicina de Langone de la Universidad de Nueva York y principal autora del estudio.
“Son necesarios más controles e investigaciones para determinar cómo las cepas de estos papilomas que no provocan cáncer interactúan con las cepas responsables de tumores cancerosos, los genotipos 16 y 18, y explicar por qué estas cepas producen cáncer”, dijo.
Mientras la mayor parte de estos virus parecen hasta ahora ser inofensivos y permanecer “dormidos” durante años, su abundante presencia en el organismo sugiere la existencia de un delicado equilibrio por el cual las cepas virales se neutralizan recíprocamente y evitan que otras, más patógenas, se multipliquen de manera incontrolada, explican los investigadores.
Las infecciones por estos virus parecen producirse a través del contacto con la piel. Los VPH continúan siendo la fuente de infección venérea más frecuente en Estados Unidos. Según los infectólogos, casi todos los hombres y mujeres los contrajeron en algún momento de su vida.
Los resultados de su estudio, dicen, arrojan luz sobre las flaquezas de los exámenes actuales para detectar los VPH, concebidos para identificar apenas una decena de cepas, aquellas más implicadas en el desarrollo del cáncer de útero.