El jefe de una fuerza paramilitar en Libia declarada fuera de la ley afirmó el sábado que quiere sacar a los islamistas de Bengasi, pero el ejército nacional replicó declarando una zona de exclusión aérea sobre la ciudad.
Jalifa Haftar, un general retirado que tomó parte en la revuelta contra el régimen de Muammar Gadafi en 2011, lanzó el viernes una operación contra grupos que calificó de “terroristas” en Bengasi, feudo de numerosas milicias islamitas muy bien armadas.
Haftar, que se presenta como jefe del “ejército nacional” y que cuenta para esta operación con oficiales y soldados que desertaron, así como del apoyo de aviones y helicópteros de combate, parece actuar por su cuenta.
El ejército regular, que tres años después de su revuelta sigue sin ser operativo, desmintió cualquier implicación en esos enfrentamientos y el gobierno condenó la operación.
“La operación continuará hasta purgar Bengasi de sus terroristas”, declaró Haftar a la cadena televisiva Libya Awalan, que lo apoya.
Luego un portavoz de la fuerza de Haftar, el coronel Mohamed Hijazi, pidió en un comunicado a los habitantes de los barrios de Guewercha y de Sidi Fradj de irse, sin anunciar sin embargo una nueva oleada de ataques.
Esos dos barrios son conocidos por ser bastiones de los islamistas, que ocupan bases militares y granjas.
El viernes las unidades de la aviación libia leal a Haftar bombardearon grupos de ex rebeldes islamistas, en particular los de Ansar Ashariaa, clasificada como organización terroristas por Washington.
En reacción a estos ataques, el ejército libio regular declaró el sábado una zona de exclusión aérea sobre Bengasi y su extrarradio, amenazando con abatir cualquier avión militar que sobrevuele la zona.
Las autoridades ya habían anunciado el viernes el cierre del aeropuerto de Bengasi. Pero no estaba claro que el ejército dispusiera de los medios necesarios para hacer respetar esa prohibición.
El viernes una serie de enfrentamientos en varios barrios arrojaron 37 muertos y 139 heridos como mínimo, según un último balance del ministerio de Salud.
Luego las fuerzas de Haftar se retiraron, mientras fuerzas locales mencionaban “tentativas de mediación” para que cesen las hostilidades.
Oriundo del este, Jalifa Haftar desertó el ejército de Gadafi a finales de los años 1980 y pasó cerca de 20 años en Estados Unidos antes de regresar para participar en la rebelión de 2011. A causa de ese exilio es acusado regularmente de ser un “agentes de los estadounidenses”.
Opiniones divididas
La operación del general ha sido percibida con diversidad de opiniones por la población.
Algunos observadores estiman que podría ser el preludio de un golpe de Estado militar y que el objetivo de Jalifa Haftar es tomar el poder.
Pero otros libios ven en este personaje el líder que podría por fin librar al país de los extremistas, ante unas autoridades de transición debilitadas y bajo influencia de los islamistas.