La Clínica Sanatorio Alemán enfrenta por estos días el momento más difícil de sus más de 100 años de existencia en Concepción. Así lo admiten fuentes al interior del centro privado de salud, dando cuenta del fracaso inminente de la asociación que en enero de este año firmó con un socio estratégico para salvar la situación financiera.
Son más de 1.000 las personas que ven peligrar su fuente laboral debido a la crisis que data de una década, la cual se hizo más evidente en los últimos años, y que tiene a la corporación al borde de la quiebra.
A fines de enero de este año, se confirmó el ingreso de un socio estratégico, el empresario penquista Jaime Álvarez, de la familia dueña de Buses Hualpén, quien junto a un grupo de médicos se haría cargo de la clínica.
De acuerdo a lo que se dijo entonces, la transacción contemplaba un aumento de capital, con lo cual se podría invertir en nueva infraestructura y mantener su liderazgo en la prestación de servicios de salud de la zona.
Sin embargo, desde entonces se materializó el cierre de la Clínica en San Pedro, tras dos años de funcionamiento. Todos los servicios que prestaba el inmueble dejaron de hacerse desde el 11 de abril.
Además, el grupo inversor que se comprometió al aporte de recursos frescos y tendría una posición mayoritaria y controladora, se daba un plazo de 4 meses para materializar la asociación.
A muy poco de que se cumpla ese plazo, diversas fuentes han señalado que los sindicatos habrían rechazado la propuesta que les hizo el nuevo socio de rebaja de salarios y no negociar antes de 7 años.
Desde la gerencia de la Clínica no accedieron a referirse a la situación que viven, pero médicos reconocen que el escenario es complejo y muchos trabajadores y directivos creen que el Sanatorio Alemán enfrenta su momento más difícil.
En el centro asistencial se suceden por estos días asambleas y reuniones nada optimistas, temen que en cualquier momento les anuncien la peor de las noticias para los más de 1.000 funcionarios que allí trabajan.