Militares bolivianos de bajo rango manifestaron este martes pacíficamente en La Paz en demanda de reformas institucionales por supuestos tratos discriminatorios del alto mando, constató un periodista de la AFP, mientras que sus esposas instalaron piquetes de huelga de hambre.
Unos 2.000 sargentos del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada (Marina) marcharon vestidos de uniforme por el centro de la ciudad boliviana entonando cánticos militares, luego de que el mando de las Fuerzas Armadas decidiera el lunes la baja de cuatro de ellos por desacato y rebeldía.
Los militares subalternos, mayoritariamente de origen aymara y quechua, declararon además “una huelga indefinida en todos los cuarteles del país”, según Johnny Gil, presidente de la Asociación Nacional de Suboficiales y Sargentos de las Fuerzas Armadas (Ascinalss).
La entidad se manifestó en contra de reglas internas que impiden el acceso a cargos superiores y a institutos de enseñanza y capacitación a los subalternos, y denunció tratos discriminatorios por parte de los mandos superiores.
El ministro de Defensa, Rubén Saavedra, consideró que “la movilización, en cuanto a la forma y el método, está totalmente equivocado”, pero que las demandas “pueden ser atendibles, pueden resolverse”. Además señaló que “las puertas están abiertas” en la comisión que revisa la ley orgánica de las Fuerzas Armadas.
Ascinalss, que agrupa a 10.000 miembros de las tres fuerzas, planteó a principios de mes un proyecto para reformar la ley orgánica con el propósito de modernizar el funcionamiento de la institución, nacida en 1825.
“No estamos en contra del gobierno, estamos en contra de este sistema, de este modelo neoliberal, capitalista y colonialista al interior de las Fuerzas Armadas”, enfatizó Gil.
Freddy Suco-Jayo, otro líder de los suboficiales, informó por separado a la AFP que están en paro indefinido desde el lunes. “Los suboficiales y sargentos no están acudiendo a sus fuentes de trabajo”, y grupos de “esposas están masificando (engrosando) la huelga de hambre”.
Suco-Jayo aseguró, no obstante, que “están fuera de sus cuarteles y unidades un estimado de 2.000 efectivos”, de un total de 10.000 sargentos. Según el ministro Saavedra, el 90% de los cuarteles funciona con normalidad.
Las Fuerzas Armadas bolivianas tienen cerca de 38.500 efectivos.